Los Tres Amigos y la Comida Mágica



Era una soleada mañana en el barrio de Los Jardines, y tres inseparables amigos: Tomi, Lía y Nico, jugaban en el parque. Siempre estaban llenos de energía, pero había un pequeño problema: no comían sano. Su diario de comidas estaba lleno de pizzas, hamburguesas y dulces.

Un día, después de una tarde de juegos, Tomi comenzó a sentirse extraño.

"Chicos, me duele la pancita, creo que me siento mal", dijo Tomi, llevándose la mano al abdomen.

Lía, preocupada, respondió:

"¡Ay, Tomi! ¿Qué te pasó?"

Nico, que siempre tenía respuestas para todo, se apresuró a agregar:

"No sé, pero yo también me siento medio cansado últimamente, ¿será por las papas fritas?"

Días después, Lía se despertó con un resfriado.

"¡No puedo perderme el partido de fútbol de esta tarde!" exclamó con tristeza.

Mientras tanto, Nico apenas podía concentrarse en sus tareas escolares por la fatiga.

"Es raro, nunca me siento así. ¿Qué está pasando?" se preguntó.

Los tres amigos decidieron que era hora de visitar a Doña Tica, la sabia del barrio, quien conocía todos los secretos de la salud. Cuando llegaron a su casa, se sentaron esperando ansiosos su consejo. Doña Tica les recibió con una sonrisa.

"¿Tienen un problema, mis pequeños?" les preguntó.

"Sí, Doña Tica. No sabemos por qué nos sentimos mal, pero creemos que puede ser por comer cosas poco sanas", respondió Lía con un suspiro.

Doña Tica los miró seria y dijo:

"Queridos, la comida que eligen puede afectar mucho su salud. Si quieren sentirse bien y tener energía para jugar, necesitan comer alimentos que les den nutrientes. ¿Conocen la comida mágica?"

"¿Comida mágica?" preguntó Tomi, sus ojos brillando de curiosidad.

"Sí, la fruta, las verduras y los granos son los alimentos mágicos que pueden hacerles sentir mejor. Ustedes deben probarlos y verán cómo mejoran."

Los tres amigos se miraron entre sí, y decidieron hacer un cambio. Prometieron intentar incluir alimentos más saludables en sus comidas. Regresaron a casa y, al día siguiente, Lía fue al mercado con su mamá a comprar frutas y verduras.

"Mirá, mamá, quiero estas manzanas y zanahorias. ¡Son comida mágica!" dijo emocionada.

"¡Buena elección, Lía!", le respondió su mamá.

Mientras tanto, Tomi decidió ayudar a su mamá en la cocina.

"Hoy haremos una ensalada de frutas, mamá. ¿Qué te parece?"

"¡Me parece genial, Tomi!", contestó su mamá, aliviada por su interés.

Nico, por su parte, se propuso aprender recetas nuevas.

"Voy a buscar una receta de frituras de calabaza, ¡eso tiene que ser rico!" y fue a la computadora a buscar.

Cuando se reunieron al día siguiente, cada uno trajo un plato saludable para compartir.

"Yo hice ensalada de frutas con yogur", dijo Lía mientras servía.

"Yo preparé frituras de calabaza", comentó Nico, mostrando su plato con orgullo.

"Y yo hice una ensalada verde con lechuga, tomates y zanahorias", dijo Tomi, sonriendo.

Al probar sus comidas, su energía comenzó a regresar.

"¡Esto está delicioso! La comida mágica está funcionando", dijo Lía.

"¡Sí! ¡Y me siento mucho mejor!", añadió Tomi.

"Deberíamos comer así siempre", sugirió Nico entusiasmado.

Los días pasaron, y los tres amigos notaron cómo sus cuerpos se sentían más fuertes y alegres. Ya no les dolía la pancita y podían jugar en el parque sin cansarse.

"Gracias, Doña Tica, por el consejo! ¡La comida mágica realmente existe!", exclamó Lía un día, cuando se encontraron con ella en el parque.

"Lo importante es elegir bien lo que comemos y nunca dejar de divertirse", les respondió la sabia con una sonrisa.

Desde entonces, Tomi, Lía y Nico continuaron explorando la maravillosa variedad de la comida mágica, aprendiendo juntos a preparar recetas saludables.

Se volvieron grandes defensores de la comida sana en su barrio y ayudaron a otros niños a descubrir la magia de comer saludable.

"¡Vamos a hacer una fiesta de la comida mágica!", propuso Tomi un día.

"¡Sí! Invitemos a todos a probar nuestras recetas", agregó Lía.

"Y les enseñamos a cocinar también", completó Nico.

Y así fue como los tres amigos, que una vez vivieron enfermos por no comer bien, se convirtieron en los héroes saludables de Los Jardines, mostrando a todos que la comida puede ser deliciosa y mágica, y que comer sano es la mejor forma de jugar y divertirse.

FIN.

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