Los tres cabritos astutos

En un bosque encantado, bajo la sombra de árboles frondosos, se encontraba una casita acogedora donde vivía mamá cabra con sus tres cabritos. La familia de cabras era muy unida y siempre se cuidaban entre sí.

Una mañana soleada, mamá cabra decidió salir en busca de alimentos frescos para su familia. Antes de partir, les recordó a sus pequeños cabritos que tuvieran mucho cuidado y no abrieran la puerta a nadie desconocido.

"No se preocupen, mamá", dijeron los cabritos con entusiasmo. Mientras mamá cabra recorría el bosque en busca de hierbas y bayas deliciosas, un lobo astuto los observaba desde lejos.

Con ojos hambrientos y maquinando un plan malvado, el lobo se acercó sigilosamente a la casita de las cabras y tocó la puerta. "¡Toc, toc!", hizo el lobo con voz suave pero engañosa.

Los cabritos escucharon la voz extraña detrás de la puerta y preguntaron: "¿Quién es?"El lobo respondió con falsa amabilidad: "Soy una dulce ovejita perdida en el bosque. ¿Podrían abrirme la puerta para descansar un momento?"Los cabritos dudaron por un instante, recordando las palabras de su madre sobre no abrirle a extraños.

Pero el lobo era tan convincente que uno de los pequeños corderos ingenuamente abrió la puerta. Al ver al feroz lobo frente a ellos, los otros dos hermanitos gritaron asustados mientras intentaban huir.

El lobo rápidamente atrapó a uno de los cabritos y lo devoró sin piedad ante los ojos horrorizados de sus hermanos. Los dos cabritos restantes lograron escapar corriendo hacia el bosque mientras lloraban desconsoladamente por la pérdida de su hermanito. Regresaron a casa angustiados para contarle a mamá cabra lo ocurrido.

Al escuchar la triste historia, mamá cabra abrazó fuertemente a sus hijos sobrevivientes y les consoló diciendo: "A pesar del peligro que nos acecha en este bosque, debemos permanecer unidos y fuertes.

Recordemos siempre nuestras enseñanzas y nunca dejemos entrar al mal en nuestros corazones". Desde ese día, las tres cabritas aprendieron una valiosa lección sobre confiar en extraños y valorar aún más su unidad familiar.

Juntas superaron el dolor causado por la pérdida del hermanito y continuaron viviendo en armonía en su hogar del bosque encantado.