Los tres cerditos valientes



Había una vez tres chanchitos llamados Tito, Pepe y Lola, que vivían en un hermoso bosque. Los tres eran muy amigos y siempre estaban juntos.

Un día, decidieron construir sus propias casitas para protegerse de los peligros del bosque. Tito, el chanchito más juicioso de todos, decidió construir su casa con ladrillos. Sabía que sería la más segura y resistente. Pasó días y noches trabajando duro para terminarla a tiempo.

Pepe, por otro lado, era un poco más flojo y pensó que hacer su casa con palos sería suficiente. No le importaba tanto la seguridad como disfrutar de su tiempo libre.

Lola, la chanchita más creativa e inteligente de los tres, decidió construir su casa con ramas y hojas secas del bosque. Pensaba que así tendría una casita acogedora y respetuosa con el medio ambiente. Cuando las casitas estuvieron listas, cada uno se instaló en la suya.

Tito se sentía tranquilo sabiendo que tenía una casa fuerte y segura. Pepe se relajaba en su casita de palos sin preocuparse demasiado por nada. Y Lola disfrutaba de la naturaleza desde su cálida morada hecha de ramas.

Un día oscuro y ventoso llegó al bosque un lobo feroz llamado Roco. Este lobo tenía fama de devorar a los animalitos indefensos del lugar. Roco comenzó a rondar las casitas en busca de algo para comer.

Llegó primero a la casita de Pepe hecha de palos y sopló con fuerza. La casita se derrumbó en un instante, y Pepe salió corriendo asustado hacia la casa de Tito.

"¡Tito, Tito! El lobo ha derribado mi casa de palos, ¿qué vamos a hacer?"- gritó Pepe angustiado. Tito abrió la puerta de su fuerte casita y dejó entrar a Pepe. Juntos cerraron bien las ventanas y puertas para protegerse del lobo.

Mientras tanto, Roco continuaba su recorrido por el bosque hasta llegar a la casa de Lola. Sopló con todas sus fuerzas, pero la casita de ramas resistió el embate del viento. El lobo quedó sorprendido al ver que no podía derribarla. Decidió entonces usar su astucia para engañar a Lola.

"¡Hola Lola! Vine a pedirte ayuda porque me perdí en el bosque. ¿Podrías indicarme cómo salir?"- dijo Roco con una sonrisa falsa en su rostro. Lola era bondadosa y siempre estaba dispuesta a ayudar.

Sin embargo, algo le parecía extraño en ese lobo tan amable. Desconfiando de sus intenciones, decidió no abrirle la puerta. Roco insistió varias veces más, pero Lola siguió firme en su decisión.

Al final, el lobo se dio por vencido y se alejó del lugar buscando otra presa fácil. Cuando todo volvió a estar tranquilo, Tito decidió hablar con sus amigos sobre lo ocurrido:"Amigos míos, hemos aprendido una gran lección hoy.

La casa de ladrillos fue la más segura y resistió el embate del lobo. Pepe, deberías haber construido una casa más fuerte. Y Lola, tu intuición nos salvó a todos. No debemos dejarnos engañar por las apariencias.

"-Pepe asintió con la cabeza y prometió aprender de su error. Lola sonrió satisfecha y se sintió orgullosa de su sabiduría. Desde ese día, los tres chanchitos vivieron juntos en la casa de Tito, disfrutando de su amistad y aprendiendo unos de otros.

Aprendieron que trabajar duro y tomar decisiones inteligentes es importante para enfrentar los desafíos de la vida.

Y así, esta historia nos enseña que no solo es importante tener una buena estructura física en nuestras vidas, sino también ser astutos y confiar en nuestra intuición para evitar caer en trampas peligrosas.

FIN.

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