Los tres cerditos valientes


Había una vez tres cerditos llamados Chanchito, Porotito y Orejitas que vivían juntos en una pequeña casita en el bosque. Un día, mientras jugaban cerca del río, escucharon un fuerte rugido que los asustó.

Se escondieron detrás de un árbol y vieron a lo lejos a un enorme dragón verde con ojos brillantes acercándose lentamente hacia ellos. -¡Ay, ay, ay! ¡Qué miedo! -gritó Porotito temblando de miedo.

-Chicos, tenemos que actuar rápido antes de que nos coma -dijo Chanchito con determinación-. Vamos a usar nuestra astucia para enfrentar al dragón. Los tres cerditos se pusieron de acuerdo y decidieron tenderle una trampa al dragón.

Mientras Chanchito construía una casa de ladrillos fuertes, Porotito recolectaba ramas y hojas secas para hacer fuego y Orejitas buscaba piedras afiladas para defenderse. Cuando el dragón llegó frente a la casa de ladrillos, comenzó a soplar fuego intentando derribarla. Pero los ladrillos eran tan resistentes que no lograba hacerles daño.

Entonces decidió cambiar su estrategia y trató de escalar por la chimenea. -¡Chicos, rápido! ¡Enciendan el fuego! -gritó Chanchito. Porotito prendió rápidamente las ramas secas y el humo empezó a salir por la chimenea.

El dragón sintió tanto calor que tuvo que retroceder rápidamente y escapar corriendo hacia el bosque. Los tres cerditos se abrazaron felices por haber vencido al temible dragón gracias a su trabajo en equipo y su ingenio.

-Aprendimos que cuando trabajamos juntos y usamos nuestra inteligencia podemos superar cualquier obstáculo -dijo Orejitas sonriendo. -Es cierto. La unión hace la fuerza -agregó Porotito orgulloso.

Desde ese día, los tres cerditos siguieron viviendo juntos en su casita del bosque, sabiendo que podían enfrentar cualquier desafío si permanecían unidos y confiaban en sus habilidades. Y aunque el dragón nunca más volvió a aparecer por allí, siempre recordaron aquella aventura como una muestra de valentía y amistad inquebrantable.

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