Los tres cerditos valientes

Había una vez tres cerditos llamados Pancho, Nacho y Tito, que decidieron ir de viaje por el bosque. Se prepararon con entusiasmo, llenando sus mochilas con comida y provisiones para el camino. Mientras caminaban por el sendero, se encontraron con un gran oso que los miraba con ojos hambrientos.

- ¡Hola, cerditos deliciosos! -rugió el oso con una sonrisa maliciosa.- ¿A dónde creen que van?

Los cerditos sintieron miedo, pero recordaron lo que su mamá les había enseñado. Rápidamente, Pancho dijo:

- Estamos yendo de viaje para encontrar la cueva del abuelo oso. Nos han dicho que es un lugar maravilloso.

El oso frunció el ceño, pensativo. Él también quería encontrar la cueva del abuelo oso, pero nunca había tenido el coraje para hacerlo. Así que decidió seguir a los cerditos, utilizando su tamaño y fuerza para intimidarlos. Mientras caminaban, los cerditos pensaban en cómo escapar del oso. De repente, llegaron a un río ancho y caudaloso.

- ¿Y ahora qué van a hacer, cerditos asustadizos? -se burló el oso.- No pueden cruzar el río, ¡así que seré capaz de atraparlos y comérmelos!

Los cerditos, sin embargo, habían estado preparados para esto. Sacaron unas cuerdas de sus mochilas y, trabajando juntos, construyeron un puente resistente sobre el río. El oso se sorprendió al ver que los cerditos habían sido tan ingeniosos. Y aunque intentó cruzar detrás de ellos, el puente era demasiado débil para soportar su peso.

- ¡Puedo arreglarlo! ¡Dejen que me acerque! -exclamó el oso, sintiéndose lastimoso.

- No, no vamos a hacer eso -dijeron los cerditos con firmeza.- Debes encontrar tu propio camino, oso. Todos somos capaces de superar los desafíos si nos esforzamos.

El oso reflexionó sobre las palabras de los cerditos. Se sintió avergonzado por su comportamiento egoísta y les agradeció por enseñarle una lección. Los cerditos, el oso y otros animales del bosque finalmente llegaron a la cueva del abuelo oso juntos, convirtiéndose en amigos. Desde ese día, el oso aprendió a trabajar en equipo y los cerditos descubrieron que la valentía y la inteligencia siempre pueden ayudar a superar cualquier obstáculo en la vida.