Los tres cerditos valientes
Había una vez tres cerditos llamados Pancho, Pepe y Pipo, que eran hermanos. Vivían en el bosque y cada uno tenía su propia casita.
Pancho vivía en una casa de paja, Pepe vivía en una casa de madera y Pipo vivía en una casa de ladrillos. Un día, los tres cerditos se encontraron en el camino del bosque mientras buscaban comida.
Habían escuchado rumores sobre un lobo feroz que andaba merodeando por la zona, así que decidieron hablar sobre cómo podrían protegerse. "Chicos, creo que sería mejor si nos mudamos juntos a una sola casa", sugirió Pancho con preocupación. Pepe asintió con entusiasmo.
"¡Sí! De esa manera podremos cuidarnos mutuamente y seremos más fuertes frente al lobo". Pipo estaba algo indeciso al principio, pero finalmente accedió a la idea. "Está bien, pero ¿dónde construiremos nuestra nueva casa?". Los cerditos pensaron durante un rato hasta que se les ocurrió un lugar perfecto: cerca del río.
Sería fácil conseguir agua para beber y también tendrían mucho espacio para jugar. Así comenzaron a trabajar juntos en su nueva casa conjunta. Pancho trajo paja para hacer las paredes exteriores porque era rápido de recolectar.
Pepe trajo madera para construir el techo porque era resistente y duradero. Y Pipo trajo ladrillos para hacer los cimientos porque eran fuertes y seguros. Los días pasaban rápidamente mientras los cerditos trabajaban duro construyendo su nueva casa.
Cantaban y reían mientras trabajaban juntos, lo que hacía que el trabajo fuera mucho más divertido. Finalmente, la casa estuvo terminada y los cerditos se mudaron a su nuevo hogar.
Estaban muy felices de vivir juntos y se sentían seguros sabiendo que estaban protegidos unos a otros. Una mañana soleada, mientras los cerditos desayunaban en la cocina, escucharon un ruido extraño afuera. Era el lobo feroz que había encontrado su nueva morada.
El lobo golpeó con fuerza la puerta y gritó: "¡Cerditos! ¡Abre la puerta o soplaré tu casa!". Los cerditos se miraron entre ellos, pero ninguno de ellos tenía miedo porque sabían que juntos eran fuertes.
Pancho dijo valientemente: "¡No nos tienes miedo, lobo! ¡Nuestra casa es muy resistente!". El lobo intentó derribar la puerta una y otra vez sin éxito. Finalmente, decidió subirse al techo para tratar de entrar por ahí.
Pero Pepe estaba preparado y rápidamente puso una tabla para bloquearle el paso. "¡Eso no funcionará!", rugió el lobo furioso. Pipo sonrió y respondió: "Quizás no lo entiendas, lobo, pero cuando trabajamos juntos podemos lograr cualquier cosa".
El lobo se dio cuenta de que no podría derribar esa casa conjunta tan fácilmente como las otras casas individuales de los cerditos anteriores. Se dio por vencido y se fue corriendo del bosque. Desde ese día en adelante, Pancho, Pepe y Pipo vivieron juntos en su casa conjunta.
Aprendieron que trabajando en equipo podían superar cualquier obstáculo y protegerse mutuamente. Y así, los tres cerditos descubrieron el verdadero valor de la amistad y la importancia de colaborar juntos para alcanzar sus metas.
Y vivieron felices y seguros en su hogar por siempre jamás.
FIN.