Los tres cerditos y el desafío del lobo



Había una vez en un bosque encantado tres cerditos muy traviesos: Cachito, Pelusa y Chanchito. Vivían felices construyendo sus casitas con mucho esfuerzo y dedicación.

Cachito decidió hacer la suya de paja, Pelusa la suya de madera y Chanchito la suya de ladrillos. Un día, el malvado Lobo Feroz merodeaba por el bosque buscando algo para comer. Al ver las casitas, decidió acercarse a ellas con intenciones no muy buenas.

- ¡Cerditos, cerditos! ¡Ábranme la puerta que vengo a visitarlos! -gritó el Lobo Feroz frente a la casa de paja de Cachito. - No, no te dejaremos entrar. Eres malvado y queremos estar seguros -respondió valientemente Cachito.

El Lobo Feroz enfurecido sopló con todas sus fuerzas y derribó la casa de paja en un abrir y cerrar de ojos. Asustado, Cachito corrió hacia la casa de madera donde se encontraba Pelusa. - ¡Pelusa, el lobo está cerca! Debemos protegernos juntos -dijo Cachito temblando de miedo.

El Lobo Feroz llegó hasta la casa de madera y golpeó la puerta con fuerza. - ¡Cerditos incautos, ábranme ya o derribaré esta casa también! -gritaba el lobo impaciente.

Pelusa y Cachito se abrazaron asustados pero decididos a no dejarse intimidar por aquel ser malvado. Entonces, Chanchito apareció corriendo desde lejos para ayudar a sus hermanitos. - ¡No permitiré que nos hagas daño! Aquí estamos unidos y fuertes -exclamó Chanchito con determinación.

El Lobo Feroz intentó soplar con fuerza para derribar la casa de madera, pero fue en vano. La resistente construcción aguantaba firme ante sus embestidas. Furioso e incapaz de cumplir su objetivo, decidió cambiar su estrategia maligna.

Aquella noche oscura mientras los tres cerditos dormían tranquilamente en su refugio seguro de madera; el lobo astuto trepó al tejado planeando sorprenderlos desde arriba. Sin embargo, lo que no esperaba era que los cerditos estaban alerta gracias a Chanchito quien había previsto tal situación.

- ¡Despierten hermanitos! El lobo está sobre nosotros -susurraba Chanchito preocupado pero sereno. Los tres cerditos idearon un plan rápido y efectivo: utilizaron una red hecha por Pelusa para atrapar al lobo cuando este intentara saltar sobre ellos.

Y así fue como al momento preciso en que el Lobo Feroz se lanzó desde lo alto del tejado hacia ellos cayendo directo en la trampa preparada por los valientes cerditos quienes lograron capturarlo antes siquiera tocara el suelo del interior de su hogar seguro.

Fue entonces cuando comprendió que jamás podría vencerlos si seguía siendo tan malvado e insensible hacia otros seres vivientes como él mismo.

Finalmente aprendió una gran lección sobre amistad solidaria entre todos los habitantes del bosque incluyéndolo también a él mismo.

Y así después ese día juraría nunca más volver a asustar ni lastimar a nadie sin razón alguna demostrando ser alguien mejor cada día junto a esos 3 amigos inolvidables quienes siempre recordaría con mucho cariño sincero para toda eternidad juntos celebrando fiestas divertidas llenas alegrías compartidas sin fin alguno. Los tres cerditos habían logrado vencer al mal gracias a su valentía, trabajo en equipo y solidaridad entre hermanos.

Desde entonces vivieron felices sabiendo que juntos podían superar cualquier desafío que se les presentara en el futuro. Y colorín colorado este cuento ha terminado... ¡por ahora!

FIN.

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