Los tres cerditos y el lobo ágil


Había una vez tres cerditos, cada uno construyendo su propia casa en el bosque. El primer cerdito, llamado Ágilio, decidió construir su casa de paja. El segundo cerdito, llamado Iterador, optó por construir su casa de madera. Y el tercer cerdito, llamado Automatizador, construyó su casa usando ladrillos. Mientras tanto, el lobo feroz, conocido como Waterfall, merodeaba el bosque buscando algo para devorar.

Un día, el lobo llegó a la casa de paja de Ágilio. "¡Cerdito, cerdito, déjame entrar! - dijo el lobo con voz amenazante. - ¡No por los tres principios ágiles de DevOps! - respondió Ágilio, manteniendo sus planes de iteración corta, feedback rápido y automatización. El lobo intentó soplar la casa, pero la estructura ágil resistió sus esfuerzos.

El lobo, frustrado, se dirigió a la casa de madera de Iterador. "¡Cerdito, cerdito, déjame entrar! - rugió el lobo. - ¡No por los tres principios ágiles de DevOps! - respondió Iterador, confiando en sus procesos iterativos, colaborativos y de mejora continua. El lobo intentó derribar la casa, pero la mentalidad iterativa la hacía lo suficientemente resistente.

Finalmente, el lobo llegó a la casa de ladrillos de Automatizador. "¡Cerdito, cerdito, déjame entrar! - aulló el lobo. - ¡No por los tres principios ágiles de DevOps! - respondió Automatizador, respaldándose en su enfoque de automatización, monitoreo y medición. El lobo intentó todo, desde soplar hasta golpear, pero la casa automatizada se mantuvo firme y segura.

Finalmente, el lobo exhausto y desanimado se rindió y se alejó del bosque. Los tres cerditos se felicitaron mutuamente por haber aplicado los principios ágiles de DevOps en la construcción de sus casas, lo que les permitió resistir los embates del lobo Waterfall. De esa forma, vivieron seguros y en armonía, aplicando los principios ágiles en todo lo que emprendían.

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