Los Tres Cerditos y la Casa Irrompible



Había una vez tres cerditos que hablaban, eran hermanos y decidieron vivir por su cuenta. El hermano menor, Pepito, construyó una casa de hermosas plumas, de la que estaba muy orgulloso. Un día, el temible lobo llegó soplando y soplando, y sopló tan fuerte que la casa de plumas de Pepito se derrumbó en un abrir y cerrar de ojos. Pepito corrió a buscar refugio con su hermano mediano, Pancho, quien había construido una casa de madera. Juntos, se refugiaron en la casa de Pancho esperando estar a salvo, pero el lobo nuevamente sopló con todas sus fuerzas y la casa de madera también cayó, obligándolos a huir una vez más.

Después de esta terrible experiencia, Pepito y Pancho buscaron a su hermano mayor, Juanito, quien sabían que era muy trabajador y sabio. Juanito les recibió con cariño y les invitó a resguardarse en su casa. Con mucho esfuerzo, había construido una sólida y hermosa casa de ladrillos. El lobo, furioso al ver que no podía derribarla, intentó por todos los medios pero fue en vano. Juanito les enseñó a sus hermanos que con perseverancia y esfuerzo, se pueden lograr grandes cosas.

A partir de ese día, los tres cerditos vivieron felices y seguros en la casa de ladrillos, sabiendo que juntos podían superar cualquier obstáculo. Aprendieron que la paciencia, el trabajo duro y la sabiduría son fundamentales para construir un futuro sólido y seguro. El lobo, al ver la fortaleza y unión de los hermanos, decidió cambiar su actitud y convirtió en amigo de los cerditos. Y juntos, aprendieron que la determinación y el apoyo mutuo son las bases para superar cualquier dificultad.

FIN.

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