Los tres loritos charlatanes


Había una vez en la exuberante selva argentina, tres loritos muy charlatanes llamados Pepo, Lola y Tito. Estos loritos eran conocidos en toda la selva por su parloteo constante y su curiosidad insaciable.

Un día, mientras volaban por el bosque, encontraron un misterioso y brillante objeto en el suelo. "¡Miren lo que encontré!" exclamó Pepo, recogiendo el objeto con su pico. "¿Qué será?" preguntó Tito, emocionado. "Nunca he visto algo así en toda mi vida", dijo Lola, asombrada.

Los loritos decidieron llevar el extraño objeto a la sabia tortuga Donatella, conocida por su conocimiento y sabiduría.

Donatella examinó el objeto y les dijo a los loritos que se trataba de un amuleto mágico que podía conceder un deseo a quien lo poseyera. Los loritos, emocionados, comenzaron a discutir sobre cuál sería su deseo. "Yo deseo ser el lorito más colorido de toda la selva", dijo Pepo. "Pues yo quiero ser el lorito más sabio", intervino Tito.

"Y yo quiero ser el lorito más veloz", agregó Lola. Sin embargo, Donatella les advirtió que el amuleto solo podía conceder un deseo, por lo que debían llegar a un acuerdo.

Después de mucho debate, los loritos finalmente acordaron hacer un deseo que beneficiara a toda la selva. "Deseamos que la selva sea un lugar seguro y próspero para todos sus habitantes", anunciaron al unísono. Al instante, el amuleto brilló intensamente y un resplandor mágico se extendió por toda la selva.

Los árboles florecieron, los ríos se desbordaron de vida y los animales se sintieron más seguros que nunca. Los loritos, ahora imbuidos de sabiduría, color y velocidad, volaron por la selva predicando la importancia de la solidaridad y el trabajo en equipo.

Desde ese día, la selva floreció y todos sus habitantes vivieron en armonía gracias al deseo de los tres loritos charlatanes.

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