Los tres ninjas y el chupete de oro



Había una vez, en un lejano pueblo de Argentina, tres valientes ninjas llamados Alexito, Hugo y Miyagi. Estos tres amigos eran conocidos por su habilidad y destreza en las artes marciales.

Pero además de ser fuertes y ágiles, también eran muy inteligentes. Un día, mientras paseaban por el mercado del pueblo, vieron algo que llamó poderosamente su atención: ¡un chupete de Oro! Era el objeto más hermoso que habían visto jamás.

Sin pensarlo dos veces, decidieron comprarlo para regalárselo a un bebé recién nacido que necesitaba mucho amor y cariño.

Pero mientras se dirigían al templo ninja para envolver el chupete como regalo, un elefante malvado llamado Latso apareció de la nada y lo robó con su larga trompa. Los ninjas quedaron sorprendidos y furiosos al mismo tiempo. -¡Tenemos que recuperar ese chupete! -gritó Alexito con determinación. -Sí, pero debemos ser sigilosos para no alertar a Latso -respondió Hugo con cautela.

Así que los tres ninjas idearon un plan para adentrarse en la cueva secreta donde Latso escondía sus tesoros. Sabían que si querían tener éxito en su misión, debían usar todas sus habilidades ninja sin luchar directamente contra el elefante malvado.

Con movimientos rápidos y silenciosos como sombras en la noche, Alexito y Hugo lograron infiltrarse en la cueva mientras Miyagi se quedaba afuera vigilando cualquier movimiento sospechoso. Avanzaron con mucho cuidado, sorteando trampas y obstáculos.

Finalmente, llegaron a la sala donde Latso guardaba sus tesoros. Vieron el chupete de Oro brillando en una vitrina protegida por un campo de fuerza. Parecía imposible alcanzarlo sin desactivar el sistema de seguridad. -¡No nos rendiremos! -afirmó Alexito con determinación.

Hugo recordó algo que había aprendido durante su entrenamiento ninja: cómo controlar la mente para superar cualquier obstáculo. Decidió poner en práctica esta técnica y se concentró profundamente en el chupete de Oro.

Poco a poco, el campo de fuerza comenzó a debilitarse hasta desaparecer por completo. El chupete quedó al alcance de los ninjas y rápidamente lo tomaron sin hacer ruido alguno. Justo cuando estaban a punto de salir victoriosos, Latso apareció frente a ellos con una mirada enfurecida.

-¡Devuélveme mi chupete! -gritó furioso. Pero los ninjas no cayeron en provocaciones ni respondieron con violencia.

En cambio, le explicaron que solo querían llevar alegría a un bebé necesitado y que si les devolvía el chupete, podrían encontrar otro regalo especial para él. Latso se detuvo por un momento y reflexionó sobre las palabras de los ninjas. Después de unos segundos, decidió entregarles el chupete sin decir una palabra más.

Con gran alegría en sus corazones, Alexito y Hugo salieron triunfantes de la cueva junto al valioso chupete. Se reunieron con Miyagi, quien los felicitó por su astucia y sabiduría.

Desde ese día, los ninjas aprendieron que la violencia no siempre es la solución y que a veces, usando el ingenio y la inteligencia, se pueden resolver los problemas de una manera pacífica. Además, descubrieron que un regalo puede ser mucho más valioso cuando se da con amor y generosidad.

Y así, Alexito, Hugo y Miyagi siguieron protegiendo al pueblo con sus habilidades ninja pero también enseñando a todos la importancia de la paz y el respeto.

FIN.

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