Los tres ositos y la niña aventurera



Había una vez en un hermoso bosque, tres ositos muy juguetones llamados Peluche, Caramelo y Rizos, que vivían en una acogedora cueva. Un día, la pequeña Sofia, una niña aventurera, decidió adentrarse en el bosque en busca de nuevas aventuras.

Mientras caminaba entre los árboles, se encontró con una hermosa mariposa y la siguió hasta llegar a la cueva de los tres ositos. Al notarla, los ositos se acercaron con curiosidad.

-Hola, soy Sofia, ¿ustedes quiénes son? – preguntó la niña con una sonrisa. -¡Hola, Sofia! Nosotros somos Peluche, Caramelo y Rizos, ¡bienvenida a nuestra cueva! – respondieron los ositos emocionados por la visita. Los cuatro se hicieron amigos al instante y decidieron explorar juntos el bosque.

Empezaron a jugar al escondite, a recoger frutas del bosque y a contar historias junto al fogón. Sin embargo, una tarde, mientras buscaban piñones, se encontraron con un río caudaloso que les impedía cruzar al otro lado.

-¿Y ahora cómo vamos a hacer? – preguntó Sofia preocupada. -Tranquila, yo tengo una idea – dijo Peluche, el osito más valiente, y juntos construyeron un puente con troncos y ramas para poder cruzar.

Después de superar este obstáculo, continuaron su camino y se encontraron con una montaña. -¡Que alta! ¡No podemos subirla! – exclamó Caramelo, el osito más temeroso. -No te preocupes, juntos lo podemos lograr – dijo la valiente Sofia.

Con paciencia y apoyándose mutuamente, los cuatro escalaron la montaña y al llegar arriba, se sintieron como si estuvieran en la cima del mundo. Finalmente, al llegar al final del bosque, vieron una hermosa pradera llena de flores de colores. Sorprendidos por tanta belleza, los amigos decidieron recoger flores para hacer coronas.

Sofía les mostró cómo hacerlas, y entre risas y jolgorio, pasaron una tarde inolvidable. Al caer la tarde, los cuatro amigos regresaron a la cueva de los ositos, donde compartieron su primer aventura.

-Hoy fue un día increíble, ¡gracias por acompañarme en esta aventura! – exclamó Sofia con alegría. -Gracias a vos, Sofia, por ayudarnos a superar nuestros miedos – dijo Rizos emocionado.

Desde entonces, los cuatro amigos continuaron explorando el bosque juntos, superando desafíos y aprendiendo que, con amistad y cooperación, no hay obstáculo que no puedan superar.

FIN.

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