Los tres payasos olvidadizos



Había una vez en un colorido circo, tres divertidos payasos llamados Chispa, Risitas y Trompeta. Estaban muy emocionados porque esa noche realizarían su actuación principal, pero hubo un pequeño problema: ¡se habían olvidado por completo de sus trucos y acrobacias! Los payasos estaban preocupados, pero decidieron que harían lo mejor que podían y harían reír a todos sin importar qué.

Cuando llegó el momento de su presentación, subieron al escenario con una sonrisa en sus rostros. Chispa intentó hacer malabares con unos pañuelos, pero terminaron enredados alrededor de su cabeza. Risitas intentó hacer piruetas, pero terminó tropezando y cayendo al suelo. Y Trompeta intentó realizar acrobacias, pero terminó girando sin control. Para sorpresa de todos, el público estalló en carcajadas.

Los tres payasos se miraron y, en lugar de sentir vergüenza, comenzaron a reír junto a la audiencia. Se dieron cuenta de que no necesitaban trucos elaborados para hacer reír a la gente, sino que su simpleza y espontaneidad eran suficientes. Juntos, improvisaron bromas, jugaron y se divirtieron en el escenario. El público vibraba de alegría y risas contagiosas.

Al final de su actuación, el circo entero los ovacionó. Los payasos aprendieron una lección importante: a veces, las cosas no salen como se planean, pero con buena actitud y diversión, todo puede tener un final feliz. Desde ese día, Chispa, Risitas y Trompeta siguieron haciendo reír a grandes y chicos, demostrando que la alegría está en el momento y en la risa compartida.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!