Los Tres Poderes de la Amistad



Era un día soleado cuando tres amigos, Lucas, Ana y Tomi, decidieron aventurarse en el bosque cercano a su casa. Mientras exploraban, descubrieron un agujero cubierto de hojas. Curiosos, se acercaron y encontraron algo brillante: era una moneda mágica. Al tocarla, una luz resplandeciente los envolvió y, de repente, cada uno recibió un poder especial.

"¡Mirá! Ahora puedo volar!" - exclamó Lucas, moviendo los brazos como si fueran alas.

"Yo tengo súper fuerza!" - dijo Ana, levantando una pesada roca con una mano.

"Y yo... ¡puedo hacer gritos hipnotizantes!" - agregó Tomi, probando su voz con un alarido que hizo que los pájaros se quedaran quietos en el aire.

La emoción los invadió. Empezaron a volar y a hacer trucos, pero pronto se dieron cuenta de que su nueva habilidad no era solo para divertirse. La bruja Piruja, conocida por sembrar el caos en el bosque, estaba tramando un nuevo plan para apoderarse de la magia del lugar.

"¡Debemos detenerla!" - dijo Lucas con determinación.

"Sí, no podemos permitir que use la magia para algo malo. ¡Vamos!" - respondió Ana.

Los amigos volaron hacia la cabaña de la bruja. Cuando llegaron, vieron que estaba rodeada de criaturas mágicas que parecían atrapadas por un hechizo.

"Yo puedo volar por encima y ver cómo es por dentro!" - sugirió Lucas.

"Yo puedo romper la puerta si está cerrada!" - dijo Ana.

"Y yo puedo usar mis gritos hipnotizantes para distraer a la bruja mientras ustedes rescatan a las criaturas!" - completó Tomi.

Lucas voló por encima de la cabaña y vio a la bruja hablando con sus criaturas. Ana, con su fuerza, empujó la puerta, que se abrió de golpe.

"¡Sorpresa!" - gritó Tomi, mientras comenzaba a gritar con todas sus fuerzas. La bruja, confundida, dejó de prestar atención a las criaturas y empezó a girar, atrapada en un hechizo que la dejó aturdida.

"¡Rápido, rescataremos a los amigos mágicos!" - gritó Ana, levantando a las criaturas y llevándolas al exterior.

"¡Volar es increíble!" - comentó Lucas mientras ayudaba a guiar a los que lograron escapar.

Al salir, todos se reunieron por fin.

"Gracias por ayudarnos!" - dijo un pequeño duende. "La bruja tiene un corazón frío, pero juntos podemos enfrentarnos a ella!"

Con la ayuda de los duendes y su trabajo en equipo, los tres amigos decidieron elaborar un plan para debilitar a la bruja. Definieron que debían usar sus poderes juntos.

"Yo puedo volar alto y ver desde las nubes, así puedo avisarles cuando se viene la bruja!" - dijo Lucas.

"Yo te espero y cuando grites, haré un movimiento con los duendes, ellos la distraerán mientras la atrapo!" - sugirió Ana.

"Y yo usaré mis gritos para confundirla aún más!" - añadió Tomi, entusiasmado.

La bruja, al ver a los tres niños desobedeciendo su hechizo, se enojó.

"¡No pueden contra mí!" - gritó, pero esté fue su primer error.

Tomando su puesto, Lucas voló altísimo y vio que la bruja salía de su cabaña, creyendo que iba a tener poder suficiente para atraparlos. Fue entonces que empezó a alertar a Ana y Tomi.

"¡Viene! ¡Ahora!" - gritó Lucas, y los duendes desataron todo su ingenio.

Tomi gritó con su poder, y la bruja, confundida, comenzó a danzar en una extraña forma, mientras Ana, con su super fuerza, la atrapó de una manera imparable.

Al final, la bruja, desconcertada, fue convencida de cambiar su manera de ser.

"Tal vez, lo que realmente necesito son amigos..." - ella murmuró, y así fue como los chicos lograron al final, sin querer, convertir a la bruja en parte de su grupo de ayuda del bosque.

Antes de irse, el duende les agradeció por su valentía y les dijo que siempre serían amigos.

Los tres amigos regresaron a casa sintiéndose un poco más fuertes y sabiendo que juntos podían enfrentar cualquier desafío y ayudar a otros.

FIN.

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