Los valientes amigos animales


Había una vez en la selva un grupo de animales muy curiosos que estaban emocionados por aprender y divertirse juntos. Ellos eran: Lucas el león valiente, Martina la mono ágil, Tomás el tigre veloz y Sofía la serpiente flexible.

Un día, la maestra de educación física les propuso a los animales un desafío muy especial. Les dijo que debían recorrer un camino lleno de obstáculos para llegar hasta una hermosa cascada donde podrían jugar y refrescarse.

Los animales aceptaron el reto con mucha emoción y comenzaron su aventura. El primer obstáculo era un río ancho y profundo. Lucas, el león valiente, se acercó al río y pensó en cómo superarlo.

Entonces tuvo una idea brillante: saltar sobre las piedras que había en el agua para cruzarlo sin mojarse.

"¡Yo puedo hacerlo! ¡Soy fuerte y seguro lo lograré!"- exclamó Lucas mientras saltaba de piedra en piedra con mucho cuidado hasta llegar al otro lado del río. El siguiente obstáculo era una montaña empinada llena de árboles grandes. Martina, la mono ágil, sabía que tenía que trepar para llegar a la cima.

Con sus brazos largos y flexibles subió rápidamente entre las ramas de los árboles hasta alcanzar la cumbre. "¡Nada me detendrá! ¡Soy rápida como nadie!"- gritó Martina mientras descendía por el otro lado de la montaña junto a sus amigos. Luego, apareció un gran tronco caído en el camino.

Tomás, el tigre veloz, sabía que tenía que saltar por encima de él para continuar. Con su gran fuerza y agilidad, dio un salto perfecto y atravesó el tronco sin problemas.

"¡Soy imparable! ¡Nada me detiene cuando quiero lograrlo!"- rugió Tomás lleno de alegría. Por último, encontraron un estanque profundo y oscuro. Sofía, la serpiente flexible, se acercó a él con mucho cuidado. Sabía que debía encontrar una manera de pasar sin mojarse ni ensuciarse.

Entonces Sofía recordó algo muy importante: ella podía estirarse y hacerse más larga para poder cruzar el estanque sin tocar el agua sucia. Y así lo hizo, se estiró todo lo que pudo hasta llegar al otro lado del estanque.

"¡La flexibilidad es mi superpoder! ¡Siempre encuentro una solución!"- susurró Sofía mientras sonreía satisfecha. Finalmente, los cuatro amigos habían superado todos los obstáculos y llegaron a la hermosa cascada.

Se bañaron en sus refrescantes aguas y jugaron felices durante horas. Al finalizar su aventura, la maestra les dijo a los animales:"¡Estoy muy orgullosa de ustedes! Han demostrado que con valentía, agilidad, velocidad y flexibilidad pueden superar cualquier obstáculo en su camino".

Los animales sonrieron satisfechos sabiendo que habían aprendido una gran lección: nunca rendirse ante los desafíos y siempre buscar soluciones creativas para superarlos.

Desde ese día, Lucas, Martina, Tomás y Sofía se convirtieron en los mejores amigos de la selva y juntos vivieron muchas más aventuras llenas de diversión y aprendizaje.

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