Los valientes amigos de La Fuente
En el tranquilo pueblo de Tocancipá, se encontraba el colegio La Fuente, donde asistían cinco amigos muy especiales: Martina, Lucas, Valentina, Juan y Sofía. Un día, descubrieron que el agua de su querido pueblo estaba contaminada, lo que les preocupó mucho. Decidieron investigar.
Martina, Lucas, Valentina, Juan y Sofía se reunieron en el patio del colegio, con caras de preocupación. Habían escuchado a los adultos hablar sobre la contaminación del agua y no podían quedarse de brazos cruzados.
"Chicos, ¿qué podemos hacer al respecto?", preguntó Martina, mirando a sus amigos con determinación.
Lucas levantó la mano, con una chispa de inspiración en sus ojos. "¡Podríamos investigar de dónde viene la contaminación! Podríamos hablar con los vecinos, buscar en internet y averiguar todo lo que podamos sobre este problema."
Valentina asintió emocionada. "¡Sí! Y luego podríamos presentar nuestros hallazgos a las autoridades locales para que tomen medidas al respecto. Somos los guardianes de nuestro pueblo y debemos protegerlo".
Los amigos asintieron, convencidos de que juntos podrían marcar la diferencia. Decidieron dividirse las tareas y poner manos a la obra. Durante los siguientes días, investigaron como verdaderos detectives, entrevistando a los vecinos, visitando la planta de tratamiento de agua y recopilando información de fuentes confiables. Descubrieron que la contaminación provenía de una fábrica cercana que vertía desechos tóxicos en el río que abastecía al pueblo.
Con toda la evidencia en sus manos, decidieron preparar una presentación para exponer ante las autoridades locales. Martina, con su elocuencia natural, se encargó de hablar en nombre del grupo. La presentación fue un éxito, logrando sensibilizar a las autoridades sobre la gravedad del problema. El alcalde prometió tomar medidas inmediatas para solucionar la contaminación del agua.
Los amigos se abrazaron emocionados al ver que su esfuerzo había dado frutos. El pueblo de Tocancipá pronto disfrutaría de agua limpia y segura gracias a su valiente acción. A partir de ese día, se convirtieron en héroes locales, inspirando a otros a cuidar el medio ambiente y a no tener miedo de alzar la voz por lo que es correcto.
Y así, Martina, Lucas, Valentina, Juan y Sofía aprendieron que, incluso siendo jóvenes, podían marcar la diferencia en el mundo.
FIN.