Los valientes amigos del jardín de infantes


Había una vez un jardín de infantes llamado "Risas y Aventuras", donde los niños iban a jugar, aprender y divertirse todos los días. Pero en ese jardín también vivían algunos personajes muy especiales: los miedos.

Los miedos eran pequeñas criaturas que se escondían en las sombras, debajo de las camas y detrás de las cortinas. Les encantaba asustar a los niños y hacerles sentir temor. Sin embargo, había uno en particular que era diferente al resto.

Se llamaba Lucas, el miedo valiente. Lucas no quería asustar a nadie, solo quería ser amigo de los niños del jardín. Pero cada vez que intentaba acercarse, ellos huían despavoridos.

Esto entristecía mucho a Lucas, quien soñaba con tener amigos con quienes jugar y divertirse. Un día, mientras Lucas observaba desde lejos cómo los demás miedos asustaban a los niños, notó algo extraño.

Un niño llamado Martín no parecía tenerle miedo a nada de lo que hacían los otros miedos. Esto intrigó mucho a Lucas y decidió acercarse para conocerlo mejor. "¡Hola! Soy Lucas", dijo tímidamente el miedo valiente. "¡Hola! Yo soy Martín", respondió el niño con una sonrisa amigable.

"¿No te dan miedo mis amigos?", preguntó Lucas curioso. "Bueno... al principio sí me daban un poco de susto, pero luego me di cuenta de que solo buscan divertirse como todos nosotros", explicó Martín.

Lucas quedó sorprendido por la respuesta de Martín y decidió contarle su deseo de tener amigos en el jardín. Martín escuchó atentamente y le propuso una idea brillante: organizar un juego en el que todos los miedos pudieran participar junto a los niños.

Lucas aceptó emocionado la propuesta y juntos planearon el mejor juego del mundo. Invitaron a todos los niños del jardín, incluyendo a los miedos, para que se divirtieran y superaran sus miedos juntos. El día del juego llegó y todos estaban muy emocionados.

Había carreras de sacos, saltos en el trampolín y hasta un concurso de disfraces. Los niños rieron, jugaron y se dieron cuenta de que los miedos no eran tan malos como pensaban.

Poco a poco, los miedos fueron perdiendo su poder sobre los niños. Descubrieron que podían enfrentar sus temores con valentía y apoyándose mutuamente. Lucas estaba feliz al ver cómo su deseo se hacía realidad: ahora tenía muchos amigos en el jardín.

A partir de ese día, "Risas y Aventuras" se convirtió en un lugar lleno de alegría y amistad. Los miedos aprendieron que no necesitaban asustar para ser parte del grupo, sino que podían divertirse junto a los demás sin causarles ningún temor.

Y así fue como Lucas, el miedo valiente, enseñó a todos la importancia de la amistad, la valentía y la superación personal.

Desde entonces, nadie volvió a tenerles miedo a los miedos del jardín de infantes "Risas y Aventuras", porque todos aprendieron que juntos podían enfrentar cualquier temor y convertirlo en una gran aventura.

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