Los valientes del bosque



Había una vez en un hermoso monte de la Patagonia, tres amigos muy curiosos y valientes: la comadreja, el zorrino y el zorro gris. Les encantaba explorar juntos y descubrir nuevos lugares llenos de misterio y diversión.

Una mañana soleada, decidieron aventurarse más allá de lo que conocían y adentrarse en un bosque frondoso que se veía desde lejos. Estaban emocionados por lo que podrían encontrar en ese lugar desconocido.

- ¡Vamos amigos, hoy será un día increíble! - exclamó la comadreja con entusiasmo. - Sí, estoy seguro de que encontraremos algo maravilloso por ahí - dijo el zorro gris con una sonrisa.

- ¡No puedo esperar a ver qué sorpresas nos aguardan! - agregó el zorrino moviendo su cola emocionado. Así comenzaron su travesía por el bosque, saltando entre los árboles y siguiendo el rastro de diferentes olores y sonidos. De repente, escucharon un murmullo proveniente de un claro en medio del bosque.

Se acercaron con cautela y descubrieron a una familia de ciervos jugando alegremente. - ¡Qué hermoso es verlos tan felices! - susurró la comadreja emocionada.

Los tres amigos observaban maravillados a los ciervos cuando, de repente, escucharon unos gritos desesperados viniendo desde otro lado del claro. Era un pajarito atrapado entre las ramas de un árbol alto. Sin dudarlo ni un segundo, la comadreja se ofreció a trepar hasta donde estaba el pajarito para ayudarlo.

Con habilidad y rapidez logró liberarlo y lo depositó suavemente en el suelo junto a sus padres agradecidos. - ¡Gracias por salvarme! - trinó feliz el pajarito antes de volar libre hacia el cielo azul.

Los tres amigos se sintieron felices por haber podido ayudar al pequeño pajarito y continuaron su camino con renovadas energías. Caminaron hasta llegar a la cima de una colina desde donde pudieron observar todo el bosque extendiéndose ante ellos como un manto verde infinito.

- ¡Qué vista espectacular! Vale la pena cada paso que dimos hoy - dijo emocionado el zorro gris contemplando el paisaje.

De regreso a casa, bajo la luz dorada del atardecer, los tres amigos recordaban todas las aventuras vividas durante ese día inolvidable en busca de nuevas experiencias en el monte. Aprendieron que siempre hay algo bueno por descubrir si uno está dispuesto a explorar con valentía y bondad en su corazón.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!