Los valientes en el bosque encantado
Había una vez dos hermanos, Juan y Sofía, que decidieron aventurarse en el bosque tenebroso que se encontraba al final del pueblo.
La gente decía que ese lugar estaba lleno de misterios y peligros, pero los hermanos no tenían miedo y querían descubrir qué secretos guardaba. La noche caía sobre el bosque cuando Juan y Sofía comenzaron su travesía. El viento soplaba entre los árboles creando un sonido escalofriante, pero ellos seguían adelante con valentía.
Pronto se dieron cuenta de que estaban perdidos, sin poder encontrar el camino de regreso a casa. "¿Qué hacemos ahora, Juan? Estamos muy lejos y la oscuridad nos rodea", dijo Sofía con temor en su voz. "No te preocupes, Sofi.
Seguro encontraremos una salida si seguimos adelante", respondió Juan tratando de mantener la calma. Caminaron durante horas sin encontrar ninguna señal de salida. Hasta que de repente, escucharon unos ruidos extraños provenientes detrás de unos arbustos.
Con cautela se acercaron y descubrieron a un grupo de ardillas jugando entre ellas. "¡Miren! ¡Son ardillas!", exclamó Sofía emocionada.
Las ardillas las miraron con curiosidad y luego una de ellas se acercó lentamente a Juan y Sofía como si quisiera decirles algo. Fue entonces cuando las ardillas comenzaron a guiarlos por un camino oculto en el bosque que los llevó hacia una luz brillante al final del sendero.
Al llegar allí, descubrieron un claro lleno de flores multicolores iluminado por la luna llena que brillaba en lo alto del cielo despejado. En medio del claro había una fuente cristalina donde corría agua fresca y pura.
"¡Es hermoso! Nunca imaginé encontrar algo así en este bosque", exclamó Juan maravillado por la belleza del lugar. De repente, apareció ante ellos un hada luminosa con alas resplandecientes que les habló con dulzura:"Bienvenidos al Bosque Encantado.
Han demostrado valentía y bondad al ayudar a mis amigas las ardillas. Como recompensa, les concederé un deseo cada uno".
Juan pidió volver a casa sanos y salvos junto a su familia, mientras que Sofía deseó tener siempre el coraje necesario para enfrentar cualquier desafío que se presentara en su vida. El hada sonrió complacida por sus deseos sinceros y los dos hermanos sintieron como si fueran envueltos por una energía cálida y reconfortante antes de despertar frente a la entrada del bosque tenebroso al amanecer.
Desde ese día, Juan y Sofía contaban orgullosos su aventura en el Bosque Encantado como una muestra de cómo la valentia y la bondad pueden llevarnos hacia lugares inimaginables donde los sueños se hacen realidad.
Y así vivieron felices para siempre recordando aquel mágico encuentro bajo la luz plateada de aquella noche inolvidable en el corazón del Bosque Encantado.
FIN.