Los valientes exploradores de la cocina



En una pequeña casita en el campo vivían tres amigos muy traviesos llamados Agus, Rafa y Juan Martín. Les encantaba jugar juntos todo el día, correr por los campos y explorar cada rincón del lugar.

Sin embargo, tenían un problema en común: no les gustaba comer su comida. Un día, la mamá de Agus preparó un delicioso guiso de verduras con pollo para el almuerzo.

Al ver los platos servidos en la mesa, Agus arrugó la nariz y dijo: "No quiero comer eso, mamá. Parece aburrido". Rafa asintió con la cabeza y agregó: "Sí, yo tampoco quiero comer verduras. Prefiero papas fritas".

Juan Martín miró a sus amigos con tristeza y les recordó: "Chicos, mi abuelita siempre me dice que tenemos que comer nuestras verduras para crecer fuertes como árboles grandes". Pero los dos amigos no le hicieron caso y siguieron protestando.

La mamá de Agus se acercó a ellos con una sonrisa y les explicó: "Chicos, las verduras tienen muchas vitaminas que nos ayudan a estar sanos y fuertes. Si quieren ser grandes aventureros como ustedes dicen, necesitan comer bien". Los tres amigos se quedaron pensativos por un momento.

"Pero no nos gusta el sabor de las verduras", dijo Rafa con sinceridad. "¡Eso es cierto! Preferiría mil veces una hamburguesa", coincidió Agus. "Quizás podríamos probarlas antes de decidir si nos gustan o no", sugirió Juan Martín con esperanza.

Finalmente, los tres niños decidieron darle una oportunidad a las verduras. Lentamente comenzaron a probar el guiso que había preparado la mamá de Agus. Para sorpresa de todos, descubrieron que estaba delicioso. "¡Wow! ¡Esto está buenísimo!", exclamó Rafa sorprendido.

"Tienes razón Juan Martín, estas verduras están riquísimas", agregó Agus emocionado. "¡Qué bien chicos! Me alegra verlos disfrutar su comida", dijo la mamá orgullosa. Desde ese día, Agus, Rafa y Juan Martín aprendieron a darle una oportunidad a nuevos alimentos.

Descubrieron lo importante que era cuidar su cuerpo comiendo saludablemente para poder seguir jugando y explorando juntos por mucho tiempo más.

Y así, entre risas y juegos, crecieron fuertes como árboles grandes en aquel hermoso campo donde vivían felices para siempre. El mensaje final de esta historia es claro: es importante tener una alimentación balanceada para obtener todas las vitaminas necesarias para crecer sanos y fuertes.

¡Y recuerda siempre darle una oportunidad a nuevos sabores antes de rechazarlos!

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!
1