Los valientes grillos y la mariquita agradecida



En un hermoso jardín lleno de flores de colores vibrantes y árboles frondosos, vivía una familia muy especial: mamá Grillo, papá Grillo, su hijo Lucas y su hija Lola.

Los grillos eran conocidos por ser trabajadores y alegres, siempre cantando melodías alegres que alegraban el corazón de todos los animales del jardín. Un día, mientras la familia Grillo estaba recolectando hojas para construir su hogar en una esquina del jardín, escucharon un ruido extraño proveniente de un arbusto cercano.

Al acercarse con curiosidad, descubrieron a una pequeña mariquita atrapada entre las ramas. "¡Oh no! ¡Pobrecita mariquita! ¿Cómo podemos ayudarla?", exclamó mamá Grillo con preocupación.

"Debemos liberarla antes de que sea tarde", dijo papá Grillo mientras buscaba la forma de abrir paso entre las ramas para rescatar a la mariquita. Con mucho cuidado y paciencia, lograron sacar a la mariquita del arbusto y llevarla a un lugar seguro.

La pequeña criatura estaba asustada pero agradecida por la ayuda brindada por la familia Grillo. "Gracias por salvarme. Soy Lila, la mariquita. Estaba perdida y asustada en ese arbusto", dijo con voz temblorosa. "No te preocupes, Lila.

En este jardín todos nos ayudamos unos a otros", respondió mamá Grillo con una sonrisa cálida. Desde ese día, Lila se convirtió en una amiga inseparable de Lucas y Lola.

Juntos exploraban cada rincón del jardín, aprendiendo sobre las plantas, los insectos y los secretos que escondía aquel mágico lugar. Una tarde calurosa de verano, una terrible tormenta amenazaba con arrasar el jardín.

Todos los animales se refugiaron bajo tierra o entre las hojas más gruesas para protegerse del fuerte viento y la lluvia torrencial. Sin embargo, mamá Grillo recordó algo importante: había dejado abierto el acceso al hogar donde vivían.

"¡Tenemos que proteger nuestro hogar! ¡Lucas y Lola están adentro!", gritó angustiada mientras corría hacia su casa seguida por papá Grillo y Lila. Al llegar allí encontraron a Lucas y Lola aferrados uno al otro dentro del hogar temblando de miedo por la tormenta que azotaba fuera. "Tranquilos mis queridos hijos.

Están seguros aquí con nosotros", dijo mamá Grillo abrazándolos fuertemente. Juntos pasaron la noche protegiéndose unos a otros hasta que finalmente amaneció despejado y radiante como si nada hubiera pasado.

Desde entonces aprendieron lo importante que era estar unidos como familia en momentos difíciles y seguir ayudándose mutuamente sin importar qué desafíos enfrentaran en el camino.

FIN.

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