Los Valores de la Escuela Arcadia
Era un día soleado en la Escuela Primaria Arcadia. Los niños estaban emocionados porque hoy era el día de la gran competencia de equipos. La maestra Clara había organizando unos juegos que además de divertidos, enseñaban valores importantes.
- ¡Chicos, este año la competencia se basa en cuatro valores! - les explicó la maestra Clara con una sonrisa. - Amistad, orden, cooperación y honestidad. Cada equipo debe demostrar cómo los aplican durante los juegos.
Los niños se agruparon en equipos. Matías, Lucía, Tomás y Ana formaron el equipo azul.
- ¡Vamos a ganar! - dijo Matías mientras chocaba sus manos con los demás.
- Primero, debemos ser ordenados - sugirió Lucía. - Necesitamos un plan.
Todos asintieron y comenzaron a organizarse. La primera prueba era una carrera de relevos. Cada uno debía pasar una pelota a su compañero sin dejarla caer.
Cuando llegó el turno de Matías, se puso muy nervioso. Corrió rápido, pero al recibir la pelota, cayó y la pelota se fue rodando.
- ¡Ay, no! - gritó Tomás.
Pero en vez de reírse, Ana lo ayudó a levantarse.
- ¡No te preocupes, Matías! - le dijo ella. - Todos cometemos errores. Vamos, podemos hacerlo bien en la próxima.
El equipo se unió y, aunque terminaron un poco más tarde que otros equipos, se dieron cuenta de que había aprendido sobre la amistad.
Después de la carrera de relevos, llegó el momento de una actividad de cooperación. Los niños debían construir una torre con bloques.
- ¡Súbete sobre mis hombros! - dijo Tomás a Ana.
- No, mejor unámonos para sostener la base - sugirió Ana. - Así la torre será más resistente.
Y así lo hicieron. Trabajaron juntos y construyeron una torre alta y estable. Con cada bloque, se sintieron más unidos, mostrando que la cooperación es clave para lograr grandes cosas.
En el siguiente juego, tenían que formar una línea y pasar una cuchara en la boca sin usar las manos. Todos eran graciosos y se reían, pero Matías notó que los niños de otro equipo estaban haciendo trampa.
- Miren, ellos están usando las manos - dijo Matías mientras señalaba a otro equipo.
Lucía lo miró preocupada.
- No me gusta eso; debemos ser honestos. Si ganamos, ¡que sea de verdad!
Así que fueron a la maestra Clara y le contaron lo que habían visto. La maestra los felicitó por su honestidad y decidió investigar.
Finalmente, llegó el último juego. Todos debían colaborar con su equipo para formar una frase con letras desordenadas sobre la amistad.
- ¿Qué tal si hacemos “La amistad es compartir”? - propuso Ana.
- ¡Sí! Eso suena genial - concordó Matías.
Trabajaron juntos, todos aportando ideas y lograron terminar la frase.
Cuando la competencia terminó, la maestra Clara reunió a todos los equipos.
- Estoy muy orgullosa de cada uno de ustedes. No importa quién ganó o perdió, hoy aprendieron lo más importante: la amistad, el orden, la cooperación y la honestidad son valores que deben llevar consigo cada día.
Los niños aplaudieron y se dieron cuenta de que el verdadero premio era lo que habían aprendido juntos.
- ¡La próxima vez debemos practicar más! - dijo Tomás.
- ¡Sí! Y no solo por los juegos - agregó Lucía. - Para ser mejores amigos todos los días.
Y así, con el sol brillando y el ánimo alto, el grupo se prometió que siempre llevarían esos valores en el corazón, convirtiendo su aula en un lugar donde la amistad y la honestidad florecerían.
FIN.