Los viajeros del tiempo



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, ocho niños muy curiosos y aventureros: Martín, Sofía, Juan, Valentina, Facundo, Camila, Tomás y Lucía.

Un día, mientras jugaban en el parque del pueblo, encontraron una extraña máquina del tiempo escondida entre los arbustos. - ¡Miren lo que encontré! -exclamó emocionado Martín al mostrarles la máquina a sus amigos. - ¡Es increíble! ¿Qué creen que haga? -preguntó Sofía con entusiasmo.

Sin pensarlo dos veces, decidieron subirse todos juntos a la máquina del tiempo. Con un chasquido y destellos de luces de colores, comenzaron su viaje fantástico a través del tiempo.

Primero fueron a la época de los dinosaurios donde tuvieron que correr para escapar de un Tiranosaurio Rex hambriento. - ¡Corran más rápido chicos! ¡No queremos ser el almuerzo de ese dinosaurio! -gritaba Juan mientras corrían por la selva prehistórica.

Luego saltaron a la Edad Media y se convirtieron en valientes caballeros luchando contra dragones feroces para rescatar a una princesa en apuros. Después viajaron al futuro donde conocieron robots amigables y exploraron planetas lejanos llenos de criaturas extraterrestres divertidas.

- Esto es asombroso, nunca imaginé vivir tantas aventuras emocionantes -dijo Valentina maravillada por todo lo que estaban experimentando juntos. Finalmente regresaron a Villa Alegre justo a tiempo para disfrutar de un festival medieval en el parque del pueblo.

Se divirtieron como nunca antes bailando con músicos medievales y participando en juegos tradicionales como lanzamiento de herraduras y carreras de sacos. - ¡Qué día tan genial hemos tenido gracias a esta increíble máquina del tiempo! -exclamó Tomás con alegría mientras saboreaba un helado de vainilla.

Al caer la noche, los ocho amigos regresaron exhaustos pero felices a sus casas con corazones rebosantes de gratitud por haber vivido juntos una experiencia única e inolvidable.

Desde entonces, cada vez que pasaban por el parque recordaban con cariño su viaje fantástico a través del tiempo y se prometían seguir siendo amigos para siempre compartiendo nuevas aventuras cada día.

Y así fue como Martín, Sofía, Juan, Valentina, Facundo, Camila, Tomás y Lucía descubrieron que la verdadera magia reside en la amistad y en disfrutar cada momento junto a quienes más queremos.

FIN.

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