Los Viajes Musicales de Nico y Mati



En el Colegio Crecer, dos amigos inseparables, Nico y Mati, estaban un día explorando el viejo sótano de su escuela. Todo había sido diversión y risas hasta que, detrás de unos libros polvorientos, encontraron una extraña máquina con luces parpadeantes y botones de colores.

"¿Qué es esto?" preguntó Mati, curioso.

"No tengo idea, pero parece algo de ciencia ficción. ¡Vamos a apretar un botón!" respondió Nico, emocionado.

Sin pensarlo dos veces, Mati pulsó un botón rojo y, antes de que pudieran darse cuenta, todo dio un giro y, de repente, estaban en medio de un festival de baile. Pero no era un festival cualquiera, era el del año 1993. Los niños de esa época estaban vestidos de manera diferente y bailaban al ritmo de una música que sonaba alegre.

"¡Mirá!" exclamó Nico, señalando a un grupo que estaba organizando una coreografía.

"¡Esto es genial!" dijo Mati. "Quiero aprender a bailar así."

Decidieron unirse al grupo. Al principio, los chicos de esa época los miraban con extrañeza, pero pronto los invitaron a unirse. Practicaron durante horas, y a pesar de que Nico y Mati eran un poco torpes al principio, la música los unió y lograron ejecutar la coreografía. Al final, todos aplaudieron y celebraron juntos.

"¡Qué divertido fue!" dijo Mati con una sonrisa. "¿Te imaginas cuánto podemos aprender de esto?"

"Sí, ¡y todavía nos queda mucho por ver!" contestó Nico mientras volvía a activar la máquina.

El siguiente año fue 1985 y, esta vez, el festival era una fiesta de disfraces. La música era pegajosa y todos los niños estaban bailando alegres en el patio. Se acercaron a un grupo que estaba disfrazado de sus personajes favoritos de películas.

"¿Puedo ser un superhéroe?" preguntó Mati, entusiasmado, mientras se ponía una capa.

"¡Yo quiero ser un robot!" dijo Nico, mientras se ataba una caja de cartón en la cintura.

Se unieron a la fiesta donde la música unía a todos en la diversión. Se sintieron tan felices, haciendo nuevos amigos y compartiendo risas. Al final de la noche, se dieron cuenta de que no solo se habían divertido, sino que habían aprendido a trabajar en equipo y a valorar el disfrute que da la música.

Sin embargo, algo extraño comenzaba a suceder. Al regresar a la máquina del tiempo, un botón había quedado atascado, y comenzaron a viajar de manera descontrolada a diferentes años. Aparecieron en el año 1978, donde un grupo de niños practicaba una danza típica regional. Todos los chicos estaban tan concentrados, que no notaron la llegada de Nico y Mati.

"Esto es impresionante", dijo Mati. "Mirá cómo se esconden los chicos detrás de estos grandes trajes. Cada paso que dan cuenta una historia de su gente. ¡Debemos aprenderlo también!"

Niko asintió, pero antes de que pudieran acercarse al grupo, se encontraron en medio de un festival de rock en el año 1999. La música era fuerte, y los colores vibrantes llenaban el aire.

"¡Esto es increíble!" gritaron al unísono, y sin pensarlo, se lanzaron a bailar con todos los demás. La mezcla de estilos y géneros musicales hicieron que comprendieran cuán diversas eran las festividades musicales a través de los años.

"Creía que solo había un tipo de baile, pero hay tantos estilos, ¡y todos son espectaculares!" dijo Mati.

"Y lo mejor de todo es que la música y el baile pueden unir a todos, sin importar la época o el estilo", agregó Nico, mientras comenzaban a sentir nostalgia por su propia época.

Después de una serie de travesuras y momentos fantásticos, lograron regresar al año actual. Volvieron a su colegio, sintiéndose diferentes. Habían aprendido sobre la comunidad, la creatividad, y lo más importante, que la música es un lenguaje universal que conecta a todos.

"¡Qué aventura!" dijo Mati, mirando a su alrededor en el Colegio Crecer. "Nunca imaginé que aprender sobre la música y la unión de las personas sería tan divertido."

"Sí, y estaré siempre dispuesto a bailar y compartir momentos con mis amigos, sin importar el tiempo que pase", respondió Nico, con una gran sonrisa.

Desde ese día, los dos amigos siempre invitaban a todos sus compañeros a participar en las actividades musicales y bailes del colegio, creando un ambiente lleno de alegría y unión, recordando siempre el valor de la amistad y la música como puentes hacia un mundo mejor.

FIN.

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