Los villanos unidos



Había una vez en el CEIA (Centro de Educación Infantil y Aprendizaje) tres villanos muy traviesos llamados Lidia, Yedra y Alan. Estos tres personajes siempre buscaban la manera de hacer travesuras y molestar a los demás niños.

Un día, mientras jugaban en el patio del CEIA, Lidia, Yedra y Alan decidieron gastarle una broma al director del centro. Se escondieron detrás de unos arbustos y comenzaron a hacer ruidos extraños para asustarlo.

El director, Don Ramiro, que era un hombre muy amable pero también muy astuto, se dio cuenta rápidamente de lo que estaba ocurriendo. Decidió jugarles una lección a los villanos para enseñarles sobre la importancia de ser buenos compañeros.

Al día siguiente, Don Ramiro organizó un concurso especial en el CEIA. Les anunció a todos los niños que debían formar equipos para participar en diferentes pruebas divertidas durante toda la semana.

Lidia, Yedra y Alan se emocionaron al escuchar esto e inmediatamente formaron su propio equipo con el objetivo de ganar todas las pruebas y demostrar que eran superiores a los demás. La primera prueba consistía en resolver acertijos complicados.

Lidia era muy inteligente y resolvió todos los acertijos rápidamente; sin embargo, no permitió que sus compañeros ayudaran en absoluto. Ganaron esa prueba fácilmente. En la segunda prueba tenían que construir un puente utilizando palitos de helado. Yedra tenía habilidades manuales increíbles y construyó un puente hermoso por sí sola.

Nuevamente, no dejó que sus compañeros colaboraran. En la tercera y última prueba, tenían que trabajar juntos para encontrar un tesoro escondido en el patio del CEIA. Alan era muy astuto y logró descifrar las pistas rápidamente.

Pero como siempre, no permitió que sus compañeros participaran en la búsqueda. Llegó el momento de anunciar al equipo ganador y todos los niños estaban ansiosos por saber quién había ganado.

Don Ramiro subió al escenario y dijo: "El equipo ganador es... ¡todos los equipos!"Los villanos quedaron sorprendidos ante esta declaración. No podían entender cómo todos pudieron haber ganado si solo uno debía ser el vencedor.

Don Ramiro explicó: "La verdadera lección de este concurso era aprender a trabajar en equipo, a ayudarse mutuamente y a valorar las habilidades de cada uno. Lidia, Yedra y Alan, ustedes demostraron ser muy talentosos individualmente, pero se olvidaron de lo importante que es colaborar con los demás".

Los villanos se sintieron avergonzados por su actitud egoísta y se dieron cuenta de lo equivocados que habían estado todo ese tiempo. A partir de ese día, decidieron cambiar su forma de ser y comenzaron a colaborar con los demás niños.

Lidia ayudaba a resolver acertijos junto con sus compañeros, Yedra compartía su habilidad para construir puentes e invitaba a otros niños a unirse en la tarea, mientras que Alan compartía las pistas del tesoro para buscarlo juntos.

Con el tiempo, Lidia, Yedra y Alan se convirtieron en amigos inseparables de todos los niños del CEIA. Aprendieron la importancia de trabajar en equipo, valorar las habilidades de los demás y ser buenos compañeros.

Desde aquel día, el CEIA se convirtió en un lugar lleno de alegría y amistad, donde todos los niños aprendieron juntos y crecieron como personas íntegras y solidarias.

Y así termina esta historia, enseñándonos que no importa cuán traviesos o egoístas podamos ser a veces, siempre hay tiempo para cambiar y convertirnos en mejores personas.

FIN.

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