Los zapatos de Antonia
Era un día hermoso en la ciudad de Buenos Aires, el sol brillaba y las calles estaban llenas de vida. Martín estaba caminando por la calle cuando vio a Antonia sentada en un banco del parque.
Él se acercó a ella con una sonrisa en su rostro. - Hola mi amor, ¿cómo estás? Antonia levantó la cabeza y le respondió con una mirada triste. - Estoy bien, pero triste por lo que pasó ayer.
Martín recordó la discusión que habían tenido el día anterior y se sintió mal por haberla lastimado. - Lo siento mucho Antonia, no quise hacerte daño. Sé que fue una discusión sin sentido y prometo tener más cuidado en el futuro.
Antonia lo miró fijamente a los ojos y dijo:- Martín, quiero que entiendas algo muy importante para mí. Cuando discutimos, me duele mucho ver esa expresión de enojo en tus ojos.
Me hace sentir que no te importa lo que digo o cómo me siento. Martín entendió perfectamente lo que Antonia quería decirle y decidió hacer algo al respecto. - Entiendo perfectamente lo que quieres decirme Antonia. Prometo tener siempre presente tus ojos antes de discutir contigo nuevamente.
Quiero verte feliz siempre mi amor. Antonia sonrió ante las palabras de Martín y juntos decidieron dar un paseo por el parque para disfrutar del hermoso día juntos. Los días siguientes fueron maravillosos para ellos dos.
Martín cumplió su promesa y evitaba cualquier tipo de discusión innecesaria con Antonia. Pero un día, algo inesperado sucedió. Mientras caminaban por la calle, Antonia tropezó y cayó al piso.
Martín se preocupó mucho por ella y la ayudó a levantarse, pero notó que uno de sus zapatos se había roto. - Mi amor, tu zapato está roto.
¿Te duele algo? Antonia negó con la cabeza y le respondió:- No me duele nada Martín, solo estoy triste porque estos eran mis zapatos favoritos. Martín sabía lo importante que eran esos zapatos para Antonia y decidió hacer algo al respecto. - Espera aquí mi amor, tengo una idea.
Martín corrió hacia una tienda cercana y compró un par de zapatos nuevos para Antonia. Cuando regresó con los zapatos en su mano, Antonia lo miraba sorprendida. - ¿Qué es todo esto Martín? Martín sonrió y le explicó:- Quiero que sepas que tus ojos son muy importantes para mí.
Y si te veo triste o necesitas algo que pueda hacerte feliz, haré todo lo posible por darte una sonrisa en tu cara. Quiero verte feliz siempre mi amor.
Antonia abrazo a Martín con lágrimas en los ojos y juntos continuaron caminando hacia el futuro llenos de amor y felicidad. Desde ese día en adelante, Martín aprendió lo importante que era tener en cuenta los sentimientos de Antonia antes de hacer cualquier cosa.
Y juntos crecieron como pareja más fuerte cada día gracias al respeto mutuo que tenían entre ellos.
FIN.