Love Across the Miles


Había una vez una niña llamada Olivia que vivía con su mamá y su papá en un pequeño pueblo.

Olivia era muy feliz junto a sus padres, disfrutaban de jugar juntos, contar historias por las noches y salir a pasear los fines de semana. Un día, la mamá de Olivia recibió una oferta de trabajo en otra ciudad. Era una oportunidad increíble para ella, pero significaba que tendrían que mudarse y separarse de su papá durante algún tiempo.

Al enterarse de esto, Olivia se puso triste y preocupada. "¡No quiero separarme de mamá ni papá!", exclamó llorando. Sus padres entendieron perfectamente cómo se sentía Olivia y decidieron hablar con ella para explicarle la situación.

"Olivia, sabemos que es difícil para ti tener que separarte de nosotros", dijo su mamá. "Pero esta oportunidad nos permitirá mejorar nuestras vidas y brindarte un futuro aún mejor".

"Sé que es difícil entenderlo ahora mismo, pero también necesitamos tu apoyo", agregó su papá. "Te extrañaremos mucho mientras estemos separados, pero siempre estaremos en tu corazón". Olivia escuchó atentamente las palabras de sus padres y aunque seguía sintiéndose triste, comenzó a comprender la importancia del cambio.

Decidió aceptarlo con valentía. Con el paso del tiempo, llegó el día en que debían partir hacia la nueva ciudad. Los padres de Olivia organizaron todo cuidadosamente para asegurarse de que ella estaría bien mientras ellos estuvieran lejos.

La dejaron al cuidado amoroso de sus abuelos quienes vivían cerca del pueblo. Los primeros días sin sus padres fueron difíciles para Olivia. Extrañaba su risa, sus abrazos y su compañía.

Pero poco a poco, comenzó a adaptarse a la nueva rutina y encontró consuelo en el amor de sus abuelos. Un día, mientras paseaban por el parque con sus abuelos, Olivia se encontró con una niña llamada Sofía. Ambas tenían la misma edad y rápidamente se hicieron amigas.

Sofía compartió con Olivia que también había pasado por una situación similar cuando su papá tuvo que viajar por trabajo durante un tiempo.

Le contó cómo aprendió a encontrar alegría en las pequeñas cosas cotidianas y cómo valorar aún más el tiempo que pasaba junto a su papá cuando regresaba. A medida que pasaban los meses, Olivia descubrió nuevas actividades que le apasionaban y comenzó a disfrutar de su vida en la nueva ciudad.

Aprendió a tocar el piano, se unió al equipo de fútbol local e incluso participó en una obra de teatro escolar. Cuando finalmente llegó el día en que sus padres regresaron, Olivia estaba emocionada pero también un poco nerviosa.

¿Habrían cambiado mucho? ¿Seguirían siendo tan cercanos como antes? Cuando vio a mamá y papá salir del auto, corrió hacia ellos con los brazos abiertos y les dio un fuerte abrazo. "¡Los extrañé tanto!", exclamó emocionada.

Sus padres también estaban felices de verla y sorprendidos al ver lo mucho que había crecido durante ese tiempo separados. Se dieron cuenta de lo valiente y resiliente que era Olivia al enfrentar la separación.

Desde ese día, Olivia supo que aunque a veces las circunstancias puedan llevarnos por caminos diferentes, el amor y la conexión entre padres e hijos siempre permanecen. Aprendió que el cambio puede ser una oportunidad para crecer y descubrir nuevas cosas sobre sí misma.

Y así, Olivia continuó su vida junto a sus amados papás, sabiendo que pase lo que pase, siempre tendría su amor y apoyo incondicional.

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