Luan y el Gran Día de Deportes
Era un lindo día soleado y Luan, un niño moreno de ondas traviesas, se despertó con muchas ganas de jugar. Hoy era un día especial. Iba a recorrer las canchas de sus deportes favoritos: tenis, fútbol, básquet y vóley.
Cuando llegó a la cancha de tenis, vio a sus amigos jugando y decidió unirse.
"¡Hola chicos! ¿Puedo jugar con ustedes?"
"¡Claro, Luan! Vení a golpear la pelota con nosotros", respondieron los amigos.
Luan tomó la raqueta y, con un gran golpe, ¡la pelota voló hacia el otro lado!"¡Bien hecho, Luan!", gritaron.
Después de unos juegos, se despidió de sus amigos. "¡Nos vemos en la próxima!".
Su siguiente parada fue la cancha de fútbol.
"¡Gol!", gritó un niño mientras la pelota entraba en la red.
Luan miró y se emocionó.
"¡Yo quiero jugar!", exclamó.
Se sumó al equipo y, de repente, recibió un pase.
"¡Luan, vení!"
Luan corrió tan rápido como pudo y, con toda su fuerza, pateó la pelota.
¡Gooooool!
Todos gritaron de alegría, dando saltos y riendo.
"¡Sos un crack, Luan!", lo elogiaron.
Después de tanto correr, Luan decidió relajarse un poco en la cancha de básquet.
"¡Mirá, Luan! Vamos a hacer una competencia de tiros", le dijo su amiga.
"¡A ver quién puede encestar más!"
Luan tomó la pelota, la levantó y... ¡pam! ¡Encestó!"¡Buenísimo!", gritaron todos.
Fue su turno varias veces y entre risas, todos se divirtieron un montón.
Finalmente, Luan llegó a la cancha de vóley. Allí, los chicos estaban armando un gran partido.
"¡Luan! Vení a jugar con nosotros. Necesitamos un buen jugador como vos".
Luan se sintió muy feliz.
"¡Genial!"
Se posicionó, saltó y golpeó la pelota. ¡Fue un saque impresionante!"¡Eso fue increíble!"
Se reían y disfrutaban jugando juntos, haciendo amigos en cada cancha.
Al final del día, Luan se sintió cansado pero muy feliz.
Le dijo a todos sus amigos:
"¡Hoy fue el mejor día! ¡Me encanta jugar!"
"Yo también, Luan. Jugar juntos es lo mejor".
Luan regresó a casa con una gran sonrisa y con ganas de practicar aún más. Sabía que lo que realmente importaba eran los momentos compartidos y la diversión que le daban los deportes.
Y así, Luan se fue a dormir soñando con nuevos deportes y grandes aventuras, esperando el próximo día para volver a jugar con sus amigos.
FIN.