Luca y la retroescabadora solidaria


Había una vez en la hermosa provincia de Mendoza, un niño llamado Luca.

Luca vivía en una pequeña casa junto a su abuelo, quien era el encargado de mantener los caminos limpios y seguros para todos los habitantes del lugar. Luca siempre admiraba a su abuelo por su valentía y dedicación al trabajo. Soñaba con algún día poder ayudarle de alguna forma.

Un día, mientras paseaba por el pueblo, vio una retroescabadora gigante estacionada en medio de la calle. Se acercó corriendo y se encontró con el conductor, quien estaba preocupado porque había mucho trabajo acumulado y no podría terminarlo antes del amanecer. "¡Hola! Mi nombre es Luca. ¿Puedo ayudarte?" -dijo el niño emocionado.

El conductor miró a Luca sorprendido pero luego sonrió. "¡Claro que sí! Siempre hace falta una mano extra". Luca subió emocionado a la retroescabadora y juntos comenzaron a trabajar sin descanso.

Iban de un lugar a otro removiendo piedras grandes y pesadas que obstruían las calles. A medida que pasaban las horas, ambos se dieron cuenta de que trabajando juntos eran más eficientes. La noche avanzaba rápidamente y aún quedaba mucho trabajo por hacer.

Fue entonces cuando escucharon un ruido extraño proveniente del bosque cercano. Intrigados, decidieron ir a investigar dejando la retroescabadora atrás. Cuando llegaron al bosque, encontraron unos árboles caídos bloqueando el camino hacia un pequeño pueblo vecino.

Sin pensarlo dos veces, Luca y el conductor comenzaron a cortar los árboles con hachas que encontraron en el lugar. Trabajaron juntos, moviendo troncos pesados y abriendo un camino seguro para que los habitantes del pueblo pudieran llegar a sus casas.

Cuando terminaron, el sol comenzaba a asomar en el horizonte. Ambos estaban agotados pero felices por haber ayudado a tantas personas durante la noche.

De regreso al pueblo, Luca se dio cuenta de algo importante: trabajar en equipo no solo hace las tareas más fáciles, sino que también permite ayudar a más personas en menos tiempo. Al llegar, todos los habitantes del pueblo les dieron las gracias a Luca y al conductor por su valentía y dedicación.

El abuelo de Luca estaba muy orgulloso de su nieto y le dijo: "Luca, has demostrado ser un verdadero héroe esta noche. Tu valentía y voluntad de ayudar son ejemplos para todos nosotros".

Desde ese día, Luca nunca dejó de ayudar a los demás. Aprendió que siempre hay una forma de contribuir positivamente en la vida de las personas si nos esforzamos y trabajamos juntos como un equipo.

Y así fue como Luca descubrió que no importa cuán pequeño o joven seas, siempre puedes hacer una gran diferencia cuando pones tu corazón en lo que haces.

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