Lucas and the Dreamland Discovery



Había una vez un nene llamado Lucas, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de campos y árboles.

Era verano y las tardes eran muy calurosas, por lo que sus padres le decían que tenía que tomar una siesta para descansar del calor. Pero Lucas no quería dormir siestas por la tarde. Él pensaba que era tiempo perdido, ya que prefería jugar afuera con sus amigos o explorar el bosque en busca de aventuras.

Siempre encontraba alguna excusa para evitar ir a la cama: "Tengo sed", "Quiero terminar de leer este libro" o "Estoy buscando mi juguete perdido".

Un día, mientras Lucas estaba jugando con su pelota en el parque, se encontró con un viejito muy amable llamado Don Simón. El viejito le preguntó a Lucas por qué siempre evitaba tomar la siesta por las tardes. "Don Simón, no me gusta perder tiempo durmiendo cuando podría estar haciendo cosas emocionantes", respondió Lucas.

El viejito sonrió y le dijo: "Lucas, el descanso es tan importante como la diversión. Dormir bien nos ayuda a tener energías para disfrutar al máximo nuestras actividades".

Lucas frunció el ceño y preguntó curioso: "¿Cómo puede ser divertido dormir?"Don Simón se sentó en un banco del parque y comenzó a contarle una historia:"Hace mucho tiempo, existió un reino mágico donde los sueños cobraban vida. Las personas podían viajar a mundos imaginarios mientras dormían".

Los ojos de Lucas se iluminaron de emoción ante la idea de aventurarse en un reino mágico. "Pero, ¿cómo puedo llegar a ese reino?", preguntó Lucas ansioso. Don Simón sonrió y dijo: "La única manera de entrar a ese reino es a través del sueño.

Si no duermes bien, te perderás todas las maravillas que hay allí".

Lucas se quedó pensativo por un momento y luego exclamó: "¡Quiero ir al reino de los sueños! ¿Cómo puedo hacerlo?"Don Simón le explicó que para viajar al reino de los sueños era necesario tener una mente descansada y relajada. Le sugirió que antes de dormir, podía leer cuentos fantásticos o escuchar música suave para preparar su mente para la aventura nocturna.

El nene decidió darle una oportunidad a las siestas por la tarde. Esa misma noche, siguiendo el consejo de Don Simón, leyó un cuento antes de dormir y cerró sus ojos con tranquilidad.

Cuando Lucas despertó en medio de la noche, se dio cuenta de que estaba en el mismo parque donde había conocido a Don Simón. El lugar estaba lleno de luces brillantes y colores vivos. Era el reino mágico de los sueños.

Allí encontró criaturas fantásticas como hadas, unicornios y dragones amigables. Juntos emprendieron un sinfín de aventuras por tierras lejanas y emocionantes. Desde aquel día, Lucas comprendió lo valioso que era descansar adecuadamente.

Las siestas por la tarde se convirtieron en momentos especiales para él; momentos en los cuales podía viajar a mundos imaginarios y vivir experiencias únicas. Lucas aprendió que el descanso no era solo una necesidad física, sino también una oportunidad para dejar volar su imaginación y soñar despierto.

Y así, cada tarde de verano, Lucas se entregaba al sueño con alegría y emoción, sabiendo que detrás de sus párpados cerrados lo esperaba un mundo lleno de magia y aventuras.

FIN.

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