Lucas and the Stellar Dream


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Estrellaville, un mozo llamado Lucas que trabajaba en el único restaurante del lugar.

Lucas era un apasionado de la astronomía y siempre se maravillaba con las estrellas y los planetas que brillaban en el cielo nocturno. Un día, mientras servía mesas en el restaurante, escuchó a unos niños hablar emocionados sobre una competencia de conocimientos astronómicos que se llevaría a cabo en la ciudad vecina.

El premio era nada más y nada menos que una beca para estudiar en la prestigiosa Academia Espacial. Lucas no podía creerlo: ¡esa era su oportunidad de aprender aún más sobre las estrellas! Sin pensarlo dos veces, decidió inscribirse en la competencia.

Pero había un problema: Lucas no tenía dinero para pagar el viaje hasta la ciudad vecina. Decidido a cumplir su sueño, Lucas empezó a ahorrar cada centavo que ganaba como mozo.

Trabajaba duro día y noche sin descanso, pero parecía que nunca lograría juntar lo suficiente para el viaje. Una tarde, mientras caminaba por las calles del pueblo pensando qué hacer, vio a Don Ernesto sentado frente al café local observando el cielo con su telescopio.

Don Ernesto era un anciano amable y sabio que solía visitar Estrellaville durante sus vacaciones. Lucas se acercó tímidamente y le contó su historia. Don Ernesto sonrió bondadosamente y le dijo: "Mi querido joven, creo firmemente en tus habilidades astronómicas.

Si me prometes compartir tu conocimiento con otros niños, te ayudaré a pagar tu viaje". Lucas no podía creer su suerte. Agradecido, aceptó la generosa oferta de Don Ernesto y se puso manos a la obra para prepararse para la competencia.

Mientras Lucas estudiaba día y noche, también comenzó a dar pequeñas charlas sobre astronomía en el pueblo. Los niños escuchaban atentamente sus palabras y pronto se convirtieron en apasionados del espacio como él.

Finalmente, llegó el día de la competencia. Lucas estaba nervioso pero emocionado por mostrar todo lo que había aprendido. Se encontró con otros jóvenes astrónomos talentosos de diferentes partes del país.

La primera ronda fue un desafío difícil, pero Lucas demostró su conocimiento sin titubear. Estaba tan concentrado que ni siquiera notó cuando uno de los participantes más arrogantes comenzó a burlarse de él. "¿Qué hace un simple mozo aquí? Seguro que no sabe nada de astronomía", dijo el joven arrogante riendo.

Lucas sintió una mezcla de tristeza y rabia al escuchar esas palabras hirientes.

Pero recordando las enseñanzas de Don Ernesto sobre ser fuerte y no dejarse intimidar, decidió responder con calma:"No importa mi profesión, lo importante es mi pasión por aprender sobre las estrellas. Si quieres comprobarlo, podemos hacer una pregunta cada uno". El joven arrogante aceptó confiado pensando que sería fácil ganarle al simple mozo.

Pero para sorpresa de todos, Lucas respondió todas las preguntas correctamente mientras el otro joven fallaba una tras otra. La audiencia quedó impresionada con la valentía y conocimiento de Lucas. El jurado también estaba sorprendido y decidieron otorgarle el primer lugar en la competencia.

Lucas no podía creerlo, había ganado la beca para estudiar en la Academia Espacial. Estaba tan emocionado que corrió a contarle a Don Ernesto sobre su victoria.

Don Ernesto lo felicitó orgulloso y le dijo: "Mi querido joven, siempre supe que tenías el potencial para lograr grandes cosas. Recuerda nunca dejar que nadie te haga sentir menos por tu profesión". Y así, Lucas cumplió su sueño de estudiar astronomía en la Academia Espacial. Pero no se olvidó de su promesa con Don Ernesto.

Volvió a Estrellaville y fundó un club astronómico donde enseñaba a los niños del pueblo todo lo que sabía. Desde aquel día, Lucas se convirtió en un referente para todos los niños de Estrellaville que soñaban con las estrellas.

Y cada noche, cuando miraban al cielo, recordaban las palabras inspiradoras del mozo crítico astronómico que peleó por sus sueños y los hizo brillar aún más fuerte.

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