Lucas aprende a cuidar su herida
Lucas era un adolescente muy activo y deportista, amaba correr y jugar fútbol con sus amigos en el liceo.
Un día, mientras jugaba un partido de fútbol en el recreo, Lucas se tropezó con una piedra y cayó al suelo lastimándose la pierna. - ¡Ay! ¡Mi pierna duele mucho! -gritó Lucas mientras se tocaba la herida que sangraba. Rápidamente, sus amigos lo ayudaron a levantarse y lo llevaron a la enfermería del liceo para que le curaran la herida.
La enfermera examinó su pierna cuidadosamente y le dijo:- Lucas, tienes una pequeña cortadura en tu pierna que está sangrando.
Es importante que te mantengas calmado mientras te curamos para evitar que entre alguna bacteria o germen en tu herida. La enfermera tomó una gasa estéril y limpió cuidadosamente la herida de Lucas para eliminar cualquier suciedad o bacteria que pudiera haber quedado allí.
Luego aplicó un antiséptico para asegurarse de matar cualquier bacteria restante antes de cubrir la herida con una venda limpia. - ¿Estás sintiendo menos dolor ahora? -preguntó la enfermera sonriendo. - Sí, gracias -respondió Lucas aliviado-.
Pero ¿cómo puedo asegurarme de mantener mi herida limpia e impedir que se infecte? La enfermera le explicó a Lucas sobre los cuidados necesarios para mantener su piel sana y libre de infecciones:- Es importante mantener tu piel limpia y seca todo el tiempo.
Si tu vendaje empieza a mojarse o ensuciarse, debes cambiarlo inmediatamente para evitar que las bacterias penetren en tu herida. Además, es importante no rascarte la herida o tocarla con las manos sucias. Lucas asintió y prometió seguir todas estas recomendaciones para asegurarse de que su herida se curara rápidamente.
Con su nueva armadura protectora, Lucas pudo volver a sus actividades diarias sin preocupaciones. Desde ese día en adelante, Lucas aprendió la importancia de cuidar bien su piel y mantenerla sana y libre de infecciones.
Y siempre recordó el consejo de la enfermera: "Una buena higiene es clave para una piel sana".
FIN.