Lucas, Blancanieves y el hechizo malvado



Había una vez en un instituto muy especial donde estudiábamos mi amigo Lucas y yo. Éramos inseparables, siempre juntos en todas las aventuras que se nos ocurrían.

Un día como cualquier otro estábamos en el patio charlando y riendo cuando, de repente, ¡apareció Blancanieves! Blancanieves era una princesa muy hermosa con su cabello negro azabache y su piel tan blanca como la nieve. Nos quedamos sorprendidos al verla allí parada frente a nosotros.

- ¡Hola chicos! -dijo Blancanieves con una sonrisa dulce-. ¿Podrían ayudarme con algo? Lucas y yo nos miramos sin poder creer lo que veíamos. Era realmente Blancanieves la que estaba frente a nosotros. - ¿Cómo podemos ayudarte, Blancanieves? -pregunté emocionado.

- Verán, necesito un beso para romper un hechizo malvado que me lanzó la bruja mala -explicó Blancanieves con tristeza en sus ojos. Lucas se puso colorado al escuchar eso. No sabía qué hacer ni qué decir.

Yo podía ver la lucha interna en su rostro mientras pensaba cómo ayudar a Blancanieves. - Tranquilo Lucas, no tienes por qué sentirte obligado a darme un beso si no quieres -dijo Blancanieves notando la incomodidad de mi amigo.

Lucas respiró hondo y miró a Blancanieves directamente a los ojos. - No puedo negarle un beso a alguien que necesita ayuda. Te daré el beso que necesitas, Blancanieves -dijo valientemente Lucas.

Blancanieves cerró los ojos y Lucas le dio un dulce beso en la mejilla. En ese instante, todo el instituto se iluminó con una luz brillante y cálida. Pudimos ver cómo el hechizo malvado se desvanecía poco a poco hasta desaparecer por completo.

Blancanieves abrió los ojos lentamente y nos miró con gratitud. - ¡Lo lograron! Gracias chicos, gracias por ayudarme a romper el hechizo -dijo emocionada mientras nos abrazaba fuertemente.

Desde ese día, Lucas se convirtió en el héroe del instituto por haber salvado a Blancanieves de la maldición de la bruja mala. Todos hablaban de su valentía y generosidad, pero sobre todo hablaban de la importancia de ayudar al prójimo desinteresadamente.

Aprendimos que siempre debemos estar dispuestos a tenderle una mano amiga a quien lo necesite, sin importar lo difícil o extraña que pueda parecer la situación. Y es así como nuestra amistad se fortaleció aún más gracias a esta increíble experiencia junto a Blancanieves.

FIN.

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