Lucas el Bueno de Villa Alegre


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, un niño llamado Lucas que tenía fama de ser muy malo.

Lucas solía pegarle a todos los niños en la escuela y en el parque, sin importarle los sentimientos de los demás. Un día, mientras jugaba en el parque, Lucas vio a un nuevo niño llamado Tomás. Sin pensarlo dos veces, se acercó y le dio un fuerte golpe en el brazo.

- ¡Ay! ¡Por qué me pegaste? - gritó Tomás con lágrimas en los ojos. Lucas solo se rió y siguió jugando como si nada hubiera pasado. Pero algo dentro de él comenzó a sentirse incómodo al ver la tristeza en los ojos de Tomás.

Esa noche, Lucas no pudo dormir pensando en lo mal que se había portado. Recordaba cómo todos lo miraban con miedo y evitaban jugar con él por temor a sus golpes. Se sintió solo y arrepentido.

Al día siguiente, Lucas decidió cambiar su actitud. En lugar de pegarle a los demás niños, buscó formas de ayudarlos y ser amable con ellos.

Comenzó a compartir sus juguetes, a invitarlos a jugar e incluso les pidió disculpas por su comportamiento anterior. Poco a poco, los niños del pueblo empezaron a confiar en Lucas y a disfrutar de su compañía.

Ya no lo veían como el niño malo que pegaba a todos, sino como alguien dispuesto a cambiar y hacer las cosas bien. Un mes después, se celebraba el festival anual del pueblo donde se realizaban diferentes competencias deportivas. Lucas decidió participar para demostrarles a todos que podía ser un buen amigo y compañero.

Durante la carrera de obstáculos, Tomás tropezó y cayó al suelo lastimándose la rodilla. Sin dudarlo, Lucas se detuvo en seco, regresó sobre sus pasos y ayudó a Tomás a levantarse. - ¡Gracias por ayudarme! - dijo Tomás sorprendido.

- Lo siento por todo lo malo que hice antes. Quiero ser mejor persona contigo y con todos mis amigos - respondió sinceramente Lucas. Los demás niños observaron esta escena con admiración y aplaudieron la actitud positiva de Lucas.

Desde ese día, se convirtió en uno de los chicos más queridos del pueblo gracias a su cambio de actitud y al esfuerzo por ser amable con los demás.

Y así fue como Lucas dejó atrás su reputación de niño problemático para convertirse en un ejemplo inspirador para todos aquellos que creían que nunca podrían cambiar.

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