Lucas, el campeón del domingo


Lucas era un chico muy activo, le encantaba jugar al fútbol con sus amigos en la plaza del barrio. Siempre se esforzaba al máximo en cada partido, aunque a veces perdieran, él siempre mantenía una sonrisa en su rostro.

Los domingos eran su día favorito, ya que lo pasaba en familia. Su mamá preparaba un rico asado y luego salían todos juntos al parque a jugar y disfrutar del día.

Un domingo, mientras jugaban al fútbol en el parque, Lucas vio a un niño triste sentado en un banco. Se acercó y le preguntó qué le pasaba. -¿Por qué estás triste? -le preguntó Lucas. -Porque no tengo amigos con quienes jugar -respondió el niño.

Lucas, con mucha ternura, le extendió la mano y le dijo: -¡Ven a jugar con nosotros, seguro que te divertirás! El niño aceptó, y resultó ser un gran jugador.

Todos se divirtieron mucho y Lucas sintió una gran alegría al ver la sonrisa en el rostro del nuevo amigo. A partir de ese día, Lucas y su amigo se volvieron inseparables, compartiendo momentos de alegría y diversión. Lucas descubrió que compartir con los demás y ser solidario podía traer mucha felicidad a todos.

Desde entonces, cada domingo, Lucas y su grupo de amigos jugaban al fútbol junto al nuevo amigo, haciendo del parque un lugar donde todos eran bienvenidos.

Lucas aprendió que la amistad y la solidaridad son dos valores fundamentales que hacen que la vida sea mucho mejor.

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