Lucas, el lobo protector


Había una vez un lobo llamado Lucas que vivía en el bosque. Aunque Lucas era un lobo, no le gustaba asustar ni hacer daño a nadie. Era amable y siempre estaba dispuesto a ayudar.

Un día, mientras paseaba por el bosque, Lucas escuchó unos ruidos provenientes de una pequeña casita. Se acercó sigilosamente y vio a tres cerditos construyendo sus propias casitas. El primer cerdito, llamado Pancho, estaba construyendo su casa con paja.

El segundo cerdito, llamado Tito, estaba construyendo su casa con palitos. Y el tercer cerdito, llamado Lalo, estaba construyendo su casa con ladrillos. Lucas se acercó y les preguntó qué estaban haciendo.

Los cerditos le contaron que estaban construyendo sus casitas para protegerse del lobo malo que vivía en el bosque. "Pero yo no soy un lobo malo", dijo Lucas sorprendido. "Soy un lobo amigable que solo quiere hacer amigos".

Los cerditos dudaron al principio, pero después de conversar un rato con Lucas se dieron cuenta de que era verdad. Decidieron darle una oportunidad y permitirle ser su amigo. Los días pasaron y los cuatro amigos disfrutaban juntos jugando en el bosque.

Pero había algo que preocupaba a Lucas: las casitas de Pancho y Tito eran muy frágiles y podrían romperse fácilmente si venía algún peligro. —"Chicos" , dijo Lucas preocupado-, "sus casitas son muy débiles. Deberíamos reforzarlas para que estén más seguras".

Los cerditos no estaban muy convencidos, pero confiaron en Lucas y decidieron seguir su consejo. Juntos, construyeron una nueva casa para Pancho con palitos más fuertes y otra para Tito con ladrillos pequeños.

Un día, mientras los amigos jugaban en el bosque, escucharon un ruido fuerte. Era el lobo malo de verdad, que venía corriendo hacia ellos. "¡Rápido! ¡Refúgiense en sus casitas!", gritó Lucas a los cerditos.

Pancho y Tito corrieron a sus nuevas casas reforzadas mientras Lalo se refugiaba en la suya de ladrillos. El lobo malo intentó derribar las casitas de paja y palitos, pero no pudo hacerles daño. Lucas decidió enfrentarse al lobo valientemente para proteger a sus amigos.

Lucharon durante un rato hasta que finalmente Lucas logró ahuyentar al lobo malo del bosque. Los cerditos salieron de sus casitas asustados pero al ver a Lucas ileso, se abrazaron emocionados. "Gracias por protegernos", dijeron los tres cerditos al mismo tiempo.

"Nos dimos cuenta de que eres un verdadero amigo". Desde ese día, Lucas vivió junto a los cerditos en el bosque. Juntos aprendieron sobre la importancia de la amistad y la ayuda mutua.

Y aunque seguían cuidándose de los peligros del bosque, sabían que podían contar siempre con su leal amigo lobo llamado Lucas. Y así termina esta historia infantil inspiradora y educacional, donde el lobo demuestra que no todos son malos y que la amistad puede superar cualquier obstáculo.

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