Lucas, el mono reportero
Había una vez un mono llamado Lucas que vivía en la selva de Misiones. Lucas era un mono muy curioso y siempre quería saber más sobre el mundo que lo rodeaba. Un día, mientras columpiaba entre las ramas, vio a unos humanos en una bicicleta y pensó: "¡Eso es genial! ¡Quiero ser como ellos!". Lucas soñaba con ser un reportero, alguien que contara las historias de la naturaleza y ayudara a cuidar el planeta.
Decidido a cumplir su sueño, Lucas comenzó a practicar. Recogía pequeñas hojas y ramitas, armaba un micrófono y un bloc de notas con su cuchara favorita. "Soy Lucas, el mono reportero", decía emocionado mientras se miraba al reflejo de un charco.
Un día, mientras exploraba la selva, se encontró con un grupo de papagayos que estaban discutiendo. "¿Qué pasa, amigos?" preguntó Lucas. "La gente de la ciudad está tirando basura en el río y los peces se están enfermando" dijo una papagayo llamado Rocco.
Lucas, furioso, les dijo: "¡Debemos hacer algo! Esto no puede seguir así, necesitamos que todos en el pueblo sepan lo que está ocurriendo." Y así, los papagayos, junto con Lucas, comenzaron a idear un plan.
Primero, Lucas se subió a la rama más alta y comenzó a gritar. "¡Atención, atención! ¡Soy Lucas, el reportero del bosque! ¡Necesitamos cuidar nuestra casa, la Tierra!" La curiosidad de los animales atraía a los humanos, quienes no sabían que un mono estaba a punto de convertirse en un gran reportero.
Un grupo de niños que paseaban en bicicleta, al escuchar a Lucas, se acercó. "¿Qué está pasando, mono?" preguntó una niña llamada Sofía.
"La gente está contaminando el río y los peces están sufriendo. Necesitamos una solución y ustedes son los únicos que pueden ayudar," explicó Lucas con determinación.
Los niños se sorprendieron y dijeron: "¡Vamos a organizar un día de limpieza!" Juntos, comenzaron a planear un gran evento llamado "¡Limpia tu mirar!" y crearon carteles de colores, repartiéndolos entre los vecinos.
El día de la limpieza llegó, y Lucas no podía contener su emoción. "¡Este es nuestro momento! ¡Haremos historia!" decía mientras saltaba de rama en rama. Los niños llegaron en bicicleta y fueron llenando bolsas de basura. Lucas, feliz, hacía entrevistas a todos. "¿Por qué es importante cuidar el río?" preguntaba, a lo que un anciano respondió: "Si cuidamos el agua, cuidamos nuestra vida!"
Con cada bolsa de basura recolectada, la selva parecía más brillante. Pero ocurrió algo inesperado. Cuando los humanos comenzaron a lanzar los desechos, una gran tormenta se desató. Rocco, el papagayo, gritó: "¡Hay que proteger el río!" Lucas se dio cuenta: "¡La tormenta no es el problema! ¡La contaminación sigue ocurriendo! ¿Qué hacemos?" Los niños miraron al cielo, preocupados, pero Lucas se acordó de sus amigos ciclistas "¡Hagamos una acción que todos verán!" propuso.
Así, los niños decidieron hacer una marcha en bicicleta con Lucas como líder, llevando pancartas que decían: “¡Cuidemos el río! ” y “¡Menos coches, más bicis! ” Recorrieron la ciudad, llenando calles y plazas del mensaje importante de Lucas. Los adultos comenzaron a mirar y grabar. **El eco de la naturaleza, en forma de un pequeño mono, acababa de hacer ruido en los corazones de las personas.**
Finalmente, después de mucho esfuerzo, el pueblo decidió implementar nuevas leyes para proteger el río. Lucas fue invitado a dar un pequeño discurso en la plaza. "¡Soy Lucas, el mono reportero y hoy, todos juntos, ¡hemos logrado un cambio!" Aplausos y risas acompañaron sus palabras. Con la ayuda de sus amigos, Lucas demostró que un pequeño mono podía hacer un gran cambio.
Desde ese día, Lucas siguió siendo reportero, viajando a otras ciudades con su libreta y lente. Siempre recordando que, con cada historia, se podía inspirar a otros a cuidar el planeta. A veces, hasta se preguntaba si podía convertirse en un gran periodista. ¡Y lo logró! Todos los días, en las selvas, los árboles susurraban: "¡Ese es Lucas, el mono reportero!"
FIN.