Lucas, el Perro Chiquito Azul
Había una vez, en un pequeño barrio de una ciudad alegre, un perro chiquito y muy especial llamado Lucas. Lucas no era un perro común: tenía un pelaje azul brillante que lo hacía destacar entre todos los demás perros. Era querido por todos, pero lo que más le gustaba a Lucas era jugar con los niños del barrio.
Un día, mientras corría por el parque, escuchó una risa que lo llamó la atención. "¡Vamos, Lucas, ven!" - le gritó una niña llamada Sofía, que estaba jugando con un grupo de amigos. Lucas corrió hacia ellos, moviendo su colita con emoción.
"¡Mirá lo que encontré!" - dijo Sofía, mostrándole un viejo frisbee desgastado.
"¡Espera! ¡Voy a traerlo!" - ladró Lucas, dispuesto a correr tras el frisbee que ya había volado lejos. Pero al intentar alcanzarlo, Lucas se dio cuenta de que no era tan fácil. Se golpeó suavemente contra un árbol y se quedó un poco aturdido.
Los niños se acercaron preocupados.
"¿Estás bien, Lucas?" - preguntó Sofía.
"Sí, sí, solo fue un pequeño tropiezo" - respondió Lucas, tratando de reponerse.
A partir de ese día, Lucas se dio cuenta de que a veces, incluso los más veloces pueden caerse, pero también que eso no era motivo para rendirse. Así que, con más cuidado, siguió jugando. Sin embargo, en su siguiente intento, se enfrentó a un nuevo obstáculo: un perro enorme y ruidoso llamado Rocco.
Rocco siempre estaba haciendo ruido y asustando a los demás perros, pero Lucas decidió que debía intentar hacer las paces.
"Hola, soy Lucas, el perro chiquito azul.
"¿Y a mí qué me importa?" - gruñó Rocco, mirando a Lucas con desdén.
A pesar de esa respuesta poco amistosa, Lucas no se dio por vencido.
"Quizás podríamos jugar juntos. Así no estarías solo aquí, y yo tampoco" - propuso Lucas, tratando de sonar amable.
Pero Rocco se echó a reír.
"¡No necesito a un perro chiquito azul para jugar!"
Los niños miraron a Lucas con preocupación, pero él decidió seguir insistiendo, porque sabía que la amistad valía la pena. Regresó a jugar con Sofía y sus amigos, pero cada vez que pasaba junto a Rocco, le decía:
"¡Hola, Rocco! ¡Espero que tengas un buen día!"
Pasaron los días, y aunque Rocco seguía gruñendo, Lucas no se desanimaba. Un día, mientras jugaba con sus amigos, Sofía lanzó el frisbee demasiado lejos y terminó en el patio de Rocco.
"¡Oh, no! No puedo ir a buscarlo… ¿qué haremos?" - dijo Sofía, preocupada.
Lucas miró el jardín donde estaba el frisbee. Sabía que tendría que enfrentarse a Rocco, pero también entendía que a veces había que arriesgarse por lo que se quiere.
"Voy a ir a buscarlo" - dijo Lucas a sus amigos.
"¿Estás seguro?" - preguntó Sofía.
"Sí, si no lo intento, no sabré si puedo" - respondió Lucas con determinación.
Con sus patas temblorosas, se acercó al patio de Rocco. El gran perro lo miró, sorprendido, y Lucas, con voz firme, le dijo:
"Rocco, ¿me dejas pasar? Necesito el frisbee que está ahí".
Mirando a Lucas de manera seria, Rocco reflexionó un poco y respondió:
"Si me haces un truco, quizás lo pienses".
Lucas, confiado, hizo un giro en el aire y aterrizó con gracia.
"¿Eso es suficiente?" - preguntó Lucas, sintiéndose orgulloso. Rocco sonrió de verdad, algo que nadie había visto antes.
"¡Eres más divertido de lo que pensé! Toma el frisbee" - dijo Rocco, dejándoselo caer.
Lucas corrió hacia sus amigos con alegría.
"¡Lo conseguí! ¡Gracias, Rocco!"
Y, de repente, un nuevo vínculo se formó entre Rocco y Lucas. Al volver a jugar juntos, se dieron cuenta de que, aunque eran diferentes, podían divertirse y disfrutar en compañía de los demás.
A partir de ese día, Lucas no solo fue el perro chiquito azul, también se convirtió en el mejor amigo de Rocco. Juntos, jugaron cada día en el parque, enseñando a todos que la amistad se puede construir con un poco de paciencia y amor. Y así, Lucas y Rocco demostraron que, a veces, los mejores amigos vienen en todos los tamaños y colores.
Y todos en el barrio aprendieron que la amistad puede superar cualquier obstáculo, y que solo hace falta un pequeño gesto para cambiar el día de alguien. ¡Y colorín colorado, este cuento se ha acabado!
FIN.