Lucas, el valiente defensor



Había una vez un niño llamado Lucas, que era muy amigable y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques, donde todos se conocían.

Un día, mientras Lucas jugaba en el parque con sus amigos, apareció un hombre desconocido ofreciéndoles dulces y juguetes. Los demás niños se alejaron rápidamente porque recordaban las enseñanzas de sus padres sobre no aceptar cosas de extraños.

Pero Lucas, siendo tan amigable y confiado, decidió acercarse al hombre. "Hola, niño. ¿Te gustaría venir conmigo? Tengo muchos juguetes divertidos en mi casa", dijo el hombre con una sonrisa falsa.

Lucas se emocionó ante la idea de nuevos juegos y aventuras, así que sin pensarlo dos veces aceptó la invitación del desconocido. El hombre llevó a Lucas por caminos oscuros y solitarios hasta llegar a una vieja cabaña en medio del bosque.

Al entrar, Lucas notó que no había ningún juguete como le habían prometido. "¿Dónde están los juguetes?", preguntó Lucas confundido. El hombre soltó una risa maliciosa y reveló su verdadera intención: secuestrar al niño para pedir un rescate a sus padres.

Pero lo que él no sabía es que Lucas tenía algo especial dentro de sí: valentía e inteligencia. Mientras el secuestrador iba hacia la puerta para hacer su llamada amenazante, Lucas aprovechó para escapar por una ventana abierta.

Corrió tan rápido como pudo, siguiendo el sonido de un río cercano. Cuando llegó al río, se encontró con un pescador llamado Don Manuel. Lucas le contó lo que había pasado y cómo había logrado escapar.

Don Manuel quedó impresionado por la valentía del niño y decidió ayudarlo. "Lucas, estás a salvo ahora. Vamos a ir a la policía para contarles todo lo sucedido", dijo Don Manuel. Juntos fueron a la comisaría del pueblo y le explicaron todo al oficial Martínez.

El oficial tomó nota de los detalles y prometió hacer todo lo posible para encontrar al secuestrador. Mientras tanto, Lucas se dio cuenta de que no todos los adultos eran malos como aquel hombre desconocido.

Aprendió que es importante escuchar las advertencias de sus padres y no confiar en extraños. Pasaron unos días y finalmente la policía logró capturar al secuestrador gracias a la descripción detallada que Lucas les proporcionó. Fue llevado ante la justicia y pagó por sus acciones.

Lucas se convirtió en un héroe local, admirado por su valentía y astucia para escapar del peligro. Pero más importante aún, aprendió una valiosa lección sobre mantenerse seguro y protegido.

Desde ese día, Lucas nunca volvió a confiar tan fácilmente en extraños. Siempre recordaba las palabras de sus padres: "No aceptes cosas ni vayas con personas desconocidas". Y así vivió felizmente rodeado de amigos verdaderos que valoraban su amabilidad y sabiduría.

Y colorín colorado, esta historia ha terminado pero recuerda ¡nunca confíes en extraños!

FIN.

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