Lucas en la Gran Manzana
Había una vez un niño llamado Lucas que vivía en Santiago del Estero, una hermosa provincia de Argentina.
Lucas siempre había soñado con viajar y conocer lugares lejanos, así que un día decidió emprender la aventura de su vida: viajar a Nueva York. Lucas sabía que el camino sería largo y lleno de desafíos, pero estaba dispuesto a enfrentarlos. Empacó su mochila con sus cosas más importantes y se despidió de su familia con lágrimas en los ojos.
El primer desafío al que se enfrentó fue el clima. En Santiago del Estero hacía mucho calor durante todo el año, pero sabía que en Nueva York era muy diferente.
Cuando llegó a la gran ciudad, se encontró con un frío intenso y copos de nieve cayendo del cielo. -¡Guau! Esto es increíble -exclamó Lucas mientras veía la nieve caer-. Nunca había visto algo así. A pesar del frío, Lucas estaba emocionado por explorar la ciudad.
Caminó por las calles llenas de gente, admirando los altos edificios y las luces brillantes. Pero pronto se dio cuenta de que no conocía nada sobre la geografía de Nueva York.
Decidió buscar ayuda y se acercó a un amable señor mayor que estaba sentado en un banco. -Disculpe señor -dijo Lucas tímidamente-. Soy nuevo aquí y me gustaría saber más sobre esta ciudad tan grande.
¿Podría darme algunos consejos? El señor sonrió y accedió encantado a ayudarlo.
FIN.