Lucas y el abrazo del respeto


Había una vez un chico llamado Lucas, quien era nuevo en la escuela. Venía de otra institución donde había sufrido mucho bullying por parte de sus compañeros.

Por eso, estaba un poco nervioso y temeroso de cómo sería recibido en su nueva escuela. Un día, durante el recreo, Lucas se encontraba sentado solo en una banca del patio cuando se le acercó Martín, uno de los chicos más populares del colegio.

Martín era conocido por ser amable y respetuoso con todos. "¡Hola! ¿Eres el nuevo, verdad? Me llamo Martín", dijo el chico con una sonrisa cálida. Lucas asintió tímidamente mientras respondía: "Sí, soy Lucas. Mucho gusto".

Martín notó que Lucas parecía preocupado y decidió preguntarle qué le pasaba. "¿Estás bien? Pareces algo inquieto", dijo Martín con preocupación en su voz.

Lucas bajó la mirada y comenzó a explicarle a Martín sobre su pasado difícil en la otra escuela y cómo le habían hecho bullying por ser diferente. También mencionó que tenía miedo de no ser aceptado nuevamente. Martín puso una mano reconfortante sobre el hombro de Lucas y le dijo: "Entiendo lo que estás sintiendo.

Pero aquí somos diferentes, somos respetuosos y valoramos la diversidad. No tienes nada que temer". Las palabras de Martín tranquilizaron a Lucas un poco, pero aún tenía dudas sobre si realmente podría adaptarse a esta nueva realidad escolar.

Días después, se acercaba el acto escolar anual donde los estudiantes debían presentar diferentes obras de teatro. El director del colegio, el profesor González, se acercó a Lucas y le hizo una pregunta inesperada. "Lucas, tenemos un papel importante para ti en la obra de teatro.

¿Te gustaría interpretar a un personaje gay?"El corazón de Lucas comenzó a latir rápidamente y sintió un nudo en su estómago.

Los recuerdos del bullying pasado volvieron a su mente y un ataque de pánico amenazaba con apoderarse de él. Martín, quien había estado observando la situación desde lejos, se acercó rápidamente a Lucas y lo abrazó con fuerza. "Tranquilo, amigo. Estoy aquí contigo", susurró Martín al oído de Lucas mientras lo apretaba cariñosamente.

Las palabras y el abrazo reconfortante de Martín lograron calmar a Lucas poco a poco. Comenzó a respirar profundamente y su ansiedad disminuyó gradualmente. Después de unos minutos, Lucas levantó la cabeza y miró fijamente a Martín con determinación en sus ojos.

"Gracias por estar siempre ahí para mí", dijo Lucas con voz firme. "Acepto el papel". Martín sonrió orgulloso mientras asentía: "Esa es mi amigo valiente".

A medida que avanzaban los ensayos para la obra de teatro, Lucas descubrió que no solo era aceptado por sus compañeros, sino que también se sentía valorado por ser quien era.

Encontró el coraje para enfrentar sus miedos gracias al apoyo incondicional de Martín y al ambiente inclusivo que se vivía en su nueva escuela. El día de la presentación llegó y Lucas brilló en su papel. Su actuación fue elogiada por todos y, al finalizar la obra, recibió una ovación de pie.

Lucas se dio cuenta de que no importaba lo que otros pensaran o dijeran sobre él. Lo importante era amarse a sí mismo y aceptar a los demás tal como eran.

A partir de ese momento, Lucas se convirtió en un ejemplo para muchos niños que habían pasado por situaciones similares. Juntos, promovieron el respeto y la inclusión en el colegio, creando un ambiente seguro y feliz para todos.

Y así, Lucas aprendió que superar sus miedos podía llevarlo a lugares maravillosos donde su verdadera esencia brillaría con fuerza.

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