Lucas y el Jardín de los Pensamientos
Era una vez un niño llamado Lucas, que vivía en el pequeño pueblo de Villasol. Lucas era un chico curioso y con una gran imaginación. Pasaba sus días jugando en su jardín, rodeado de flores y árboles, y soñando con vivir aventuras fantásticas. Pero había algo que lo intrigaba: en la esquina de su jardín había una puerta antigua y misteriosa que nunca había abierto.
Un día, mientras contemplaba el cielo lleno de nubes esponjosas, oyó un susurro que venía de la puerta. - 'Hola, Lucas...' - dijo una voz suave como el viento. Aturdido, Lucas se acercó a la puerta y, temblando de emoción, decidió abrirla. Al abrir la puerta, se encontró con un mundo mágico lleno de colores brillantes y criaturas extraordinarias.
En este nuevo mundo, todo parecía alive. Había árboles que hablaban, ríos que cantaban y nubes que le sonreían. En cuanto Lucas dio un paso, un pequeño duende llamado Dimi apareció a su lado. - 'Bienvenido al Jardín de los Pensamientos, Lucas. Aquí las ideas florecen y cada pensamiento crea una aventura' - dijo Dimi con un guiño.
Lucas, fascinado, preguntó: - '¿Cómo funcionan las ideas aquí?' - Dimi sonrió y explicó: - 'Cada pensamiento que tienes es como una semilla que puede crecer. Las ideas son mágicas y, si las cuidas, pueden llevarte a lugares inimaginables.'
Intrigado, Lucas decidió sembrar su primera idea: ser un valiente caballero. Al instante, un brillante caballero de armadura dorada apareció ante él. - '¡Estoy listo para la aventura, noble niño!' - dijo el caballero. Lucas no podía creer lo que veía. - '¡Vamos a conquistar dragones!' - exclamó entusiasmado. Juntos, se aventuraron a través de los mágicos bosques y montaña.
En el camino, se encontraron con un río que parecía tener personalidad. - '¡No pueden cruzar sin resolver un acertijo!' - anunció el río, que burbujeaba alegremente. Dimi se acercó y le dijo a Lucas: - 'Los acertijos son una parte importante del conocimiento. ¡Usa tu mente!' - Lucas pensó un momento y respondió: - '¿Qué es lo que siempre está en el futuro, pero nunca llega?' - El río se quedó en silencio. Lucas sonrió, seguro de su respuesta. - '¡El mañana!' - Y el río, impresionado, les permitió cruzar.
Tras atravesar el río y muchas aventuras más, se encontraron con una cueva oscura, donde se decía que habitaba un dragón soñador. - 'No temas, Lucas. El dragón solo quiere que lo escuchen' - le dijo Dimi. Al entrar a la cueva, vieron al dragón, que parecía triste. - '¿Por qué estás así, amigo dragón?' - preguntó el caballero.
El dragón levantó la vista y dijo: - 'He olvidado cómo soñar. Mis sueños se han desvanecido en la penumbra...' - Lucas lo miró y se sintió triste. - 'Pero, si tú sueñas, puedes traer luz a este lugar' - le dijo. Así, Lucas y el caballero decidieron ayudar al dragón a encontrar sus sueños nuevamente. Juntos, empezaron a contarle historias. Historias de épicas batallas, de amores perdidos y de amigos valientes.
Con cada palabra, el dragón empezó a brillar. - '¡Siento que mis sueños regresan!' - exclamó, y de pronto, el lugar se iluminó con luces brillantes. El dragón, emocionado, alzó el vuelo y con su aliento de fuego llenó la cueva de vida.
Después de esa aventura, Lucas y sus amigos comprendieron que las ideas y los sueños son poderosos. - 'Nunca dejes de soñar, Lucas. Tus pensamientos pueden cambiar el mundo' - le dijo Dimi mientras regresaban a casa.
Cuando Lucas regresó a su jardín, miró la puerta mágica y supo que siempre podría regresar al Jardín de los Pensamientos cuantas veces quisiera. Había aprendido que cada idea tiene una chispa de magia, y que todos llevamos un mundo de aventuras dentro de nosotros.
Desde ese día, Lucas nunca dejó de soñar, y cada mañana salía al jardín con la certeza de que una nueva aventura lo esperaba. Y así, con su corazón lleno de aventuras y su mente rebosante de ideas, Lucas vivió feliz, recordando siempre que su imaginación era la llave para abrir cualquier puerta mágica.
**Conclusión:** A través de su aventura en el Jardín de los Pensamientos, Lucas aprendió que las ideas y los sueños son poderosos y que, siempre que seamos curiosos y valientes, podemos descubrir mundos mágicos llenos de posibilidades. La verdadera magia, dice Lucas, está en la mente y el corazón de cada uno de nosotros, esperando ser liberada.
FIN.