Lucas y el Jardín Ratón de Biblioteca


En el Jardín de Infantes "Ratón de Biblioteca" se inauguró una sala de informática para que los niños y niñas del nivel inicial pudieran aprender y divertirse con las computadoras.

La directora, la Seño Marta, decidió establecer algunas normas importantes para cuidar este nuevo espacio. Un día, llegó al jardín un niño llamado Lucas. Lucas era muy curioso y le encantaba descubrir cosas nuevas.

Cuando entró a la sala de informática por primera vez, quedó impresionado por todas las computadoras brillantes y coloridas que había allí. "¡Wow! ¡Qué genial se ve todo esto!", exclamó Lucas emocionado. La Seño Marta se acercó a él y le explicó las normas para cuidar la sala de informática: 1.

"Primero que nada, debes lavarte las manos antes de tocar cualquier computadora", dijo la Seño Marta señalando el lavamanos en un rincón de la sala. 2. "Segundo, no debes comer ni beber dentro de la sala.

Queremos mantener limpios los teclados y pantallas", continuó la Seño Marta mientras mostraba los carteles con dibujos que recordaban estas reglas. 3.

"Y tercero, siempre debes pedir ayuda a la Seño si algo no funciona o si tienes alguna duda sobre cómo usar las computadoras", concluyó la directora con una sonrisa amable. Lucas asintió con entusiasmo y prometió seguir todas las normas al pie de la letra. Estaba ansioso por comenzar a explorar el mundo digital.

Los días pasaron y Lucas se convirtió en uno de los alumnos más aplicados en la sala de informática.

Aprendió a usar programas educativos, a buscar información en internet para sus trabajos escolares e incluso creó su propia historia animada con dibujos hechos por él mismo. Un día, mientras estaba concentrado jugando un juego educativo en una computadora, escuchó un ruido extraño detrás suyo. Al girarse, vio a otro niño tirando cables y apretando botones sin permiso.

"¡Hey! ¡No podés hacer eso! Estás rompiendo una regla muy importante", exclamó Lucas preocupado. El niño travieso lo miró sorprendido pero luego se disculpó al darse cuenta del error cometido.

Lucas recordaba claramente lo que le había enseñado la Seño Marta sobre cuidar el espacio compartido. "Lo siento mucho, no sabía que estaba mal", dijo el otro niño arrepentido. "Tranquilo, todos nos equivocamos a veces.

Pero es importante respetar las normas para que todos podamos disfrutar de esta sala", respondió Lucas con calma mientras ayudaba al otro niño a ordenar los cables correctamente. Desde ese día, Lucas se convirtió en un ejemplo para sus compañeros respecto al cuidado y respeto por la sala de informática.

Ayudaba a recordar las normas cuando alguien parecía olvidarse e incentivaba a todos a ser responsables y colaborativos entre sí.

Gracias al compromiso conjunto de todos los niños del Jardín "Ratón de Biblioteca" bajo el liderazgo positivo de Lucas, la sala de informática se mantuvo impecablemente cuidada y fue un lugar donde aprender era sinónimo tanto de diversión como responsabilidad.

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