Lucas y el poder de la sonrisa



Había una vez un nene llamado Lucas que siempre parecía tener mala suerte. No importaba lo que intentara, las cosas nunca le salían bien.

Siempre se caía cuando jugaba al fútbol, se olvidaba de hacer sus tareas y siempre perdía en los juegos de mesa.

Un día, mientras caminaba por el parque con su amigo Juanito, Lucas se lamentó: "¡No entiendo por qué siempre me pasa esto! ¡Nada me sale bien!"Juanito miró a Lucas con compasión y dijo: "Lucas, creo que tienes que cambiar tu actitud. A veces, nuestras acciones y pensamientos pueden influir en cómo nos va en la vida".

Lucas frunció el ceño y preguntó: "¿Qué quieres decir?"Juanito explicó: "Bueno, si siempre piensas negativamente y te convences de que todo te saldrá mal, es probable que eso sea lo que ocurra. Pero si cambias tu forma de pensar y tratas de ser más positivo, podrías sorprenderte".

Lucas no estaba completamente convencido, pero decidió darle una oportunidad a la idea de Juanito. Durante los siguientes días, intentó pensar positivamente cada vez que algo no salía como esperaba.

Un día después del colegio, Lucas fue al parque para practicar su lanzamiento con una pelota de béisbol. Al principio le costaba mucho controlar la dirección de sus lanzamientos y cada vez que fallaba se enfadaba consigo mismo. Pero esta vez recordó las palabras de Juanito e intentó mantenerse positivo.

En lugar de frustrarse por cada error, decidió aprender de ellos y seguir adelante. Después de un rato, Lucas notó que sus lanzamientos mejoraban. No todos eran perfectos, pero estaba progresando.

Se dio cuenta de que su actitud positiva había hecho una gran diferencia en su rendimiento. Emocionado por su pequeño éxito, Lucas decidió aplicar la misma actitud positiva a otras áreas de su vida. Empezó a estudiar más y a prestar atención en clase.

También se esforzaba por ser amable con sus amigos y ayudar en casa sin quejarse. Con el tiempo, Lucas comenzó a ver cómo las cosas empezaron a irle mejor en general.

Empezó a obtener mejores calificaciones en la escuela, ganaba más partidos de fútbol y se sentía más feliz consigo mismo.

Un día, mientras jugaba al fútbol con Juanito y otros amigos, uno de ellos dijo: "Lucas, ¿qué te ha pasado? ¡Estás jugando genial!"Lucas sonrió y respondió: "Aprendí que si mantengo una actitud positiva y me esfuerzo, puedo superar cualquier obstáculo". Desde ese día en adelante, Lucas nunca dejó que las cosas le fueran mal porque sabía que tenía el poder de cambiarlas con su forma de pensar y actuar.

Y así fue como el nene que no dejaba que las cosas le vayan bien aprendió una valiosa lección sobre el poder del pensamiento positivo y la perseverancia.

FIN.

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