Lucas y la caja mágica del valor



Había una vez en un hermoso pueblo de Argentina, llamado Villa Esperanza, donde vivían muchos niños y niñas felices. En este lugar, todos los días se respiraba alegría y entusiasmo.

En medio del pueblo había un parque enorme llamado "El Parque de la Imaginación", donde los niños podían jugar, correr y divertirse sin límites. Pero había un niño llamado Lucas que era diferente a los demás.

Aunque también quería disfrutar del parque, no podía hacerlo porque tenía miedo de todo. Lucas tenía miedo a las alturas, al agua, a los animales e incluso a las sombras. Siempre buscaba quedarse en casa o esconderse detrás de sus padres cada vez que algo le asustaba.

Un día soleado, mientras Lucas miraba por la ventana con tristeza cómo sus amigos se divertían en el parque, su abuelo llegó para visitarlo. Su abuelo era sabio y siempre tenía historias interesantes que contar.

"Hola Lucas ¿por qué estás tan triste?" -preguntó el abuelo cariñosamente. "Abuelo, me da mucho miedo salir al parque y jugar con mis amigos. No quiero sentirme asustado todo el tiempo" -respondió Lucas con voz temblorosa.

El abuelo sonrió comprensivamente y le dijo: "Lucas, sé que tienes miedos pero debes aprender a enfrentarlos para poder ser feliz".

Lucas levantó la mirada hacia su abuelo y preguntó curioso: "¿Cómo puedo hacer eso?"Entonces el abuelo sacó una caja pequeña de su bolsillo y le dijo: "Esta caja mágica te ayudará a superar tus miedos. Dentro de ella encontrarás pequeños desafíos que te ayudarán a enfrentarte a tus temores".

Lucas abrió la caja emocionado y encontró una lista con diferentes desafíos como subir un árbol, tocar el agua o acercarse a un animalito. Con mucho coraje, Lucas comenzó a cumplir uno por uno los desafíos de la lista. Al principio temblaba de miedo pero poco a poco fue ganando confianza en sí mismo.

Un día, mientras estaba en el parque tratando de superar su miedo a las alturas, Lucas vio algo inesperado: ¡un gatito atrapado en lo alto de un árbol! Sin pensarlo dos veces, Lucas trepó rápidamente al árbol y rescató al gatito.

Todos sus amigos lo aplaudieron y felicitaron por su valentía. A partir de ese momento, Lucas se convirtió en el niño más valiente del pueblo.

Ya no tenía miedo de nada y disfrutaba plenamente del parque junto a sus amigos. El abuelo siempre le decía: "Recuerda Lucas, los miedos están ahí para ser superados. Cuando enfrentamos nuestras dificultades con coraje y determinación, crecemos como personas". Desde aquel día, Lucas inspiró a muchos otros niños que también tenían miedos.

Juntos descubrieron que enfrentarlos era la clave para vivir una vida llena de alegría y aventuras.

Y así fue como Villa Esperanza se llenó aún más de risas y juegos gracias al valor y perseverancia de un niño llamado Lucas.

FIN.

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