Lucas y la dieta saludable
Había una vez un niño llamado Lucas, a quien le encantaba la comida chatarra. Papas fritas, hamburguesas, gomitas y chocolates eran sus alimentos favoritos.
Siempre que podía, pedía a sus padres que lo llevaran a comer a lugares de comida rápida. Un día, después de haber comido una gran cantidad de comida chatarra, Lucas se sintió muy mal. Tenía dolor de estómago, mareos y no tenía energías para jugar como solía hacerlo.
Sus padres, preocupados por su estado, lo llevaron al médico. El doctor les explicó que la mala alimentación de Lucas estaba afectando su salud. Le recomendó consumir más frutas, verduras y alimentos nutritivos para poder recuperarse.
Además, le dijo que debía evitar la comida chatarra en exceso porque le hacía daño a su cuerpo. Lucas se sintió triste al enterarse de que debía cambiar sus hábitos alimenticios. No quería dejar de comer lo que tanto disfrutaba.
Pero sus padres le explicaron con amor y paciencia lo importante que era cuidar su salud y cómo una buena alimentación podía hacerlo sentir mucho mejor. Decidido a mejorar su situación, Lucas aceptó el desafío de cambiar su dieta.
Comenzó a probar nuevas frutas y verduras, descubriendo sabores deliciosos que nunca había imaginado. Poco a poco fue dejando atrás la comida chatarra y se sorprendió al ver cómo su cuerpo empezaba a recuperarse.
Un mes después de haber cambiado sus hábitos alimenticios, Lucas se sentía lleno de energía y vitalidad. Ya no tenía dolores de estómago ni mareos, y podía jugar durante horas sin cansarse.
Sus padres estaban felices de verlo tan bien y orgullosos del esfuerzo que había hecho para mejorar su salud. Un día, cuando paseaba por el parque con sus amigos, Lucas vio a un niño comiendo papas fritas y gaseosa en exceso.
Recordó lo mal que se había sentido cuando él estaba en esa situación y decidió acercarse para contarle su experiencia. "Hola ¿cómo te llamas?", preguntó Lucas al niño. "Soy Tomás ¿y tú?""Soy Lucas. Te cuento algo...
Hace un tiempo yo comía mucha comida chatarra como vos hasta que me enfermé. "Tomás escuchaba atentamente mientras masticaba unas papas fritas. "Me dolían mucho la panza y me sentía débil todo el tiempo", continuó Lucas. Tomás comenzó a prestar más atención mientras bebía un sorbo de gaseosa.
"Pero decidí cambiar mi alimentación por frutas y verduras ¡y ahora me siento genial! Tengo mucha energía para jugar ¿te gustaría probar algo diferente?"Tomás dudó por un momento pero finalmente aceptó probar una manzana verde que llevaba en su mochila.
Después de ese día, Tomás también decidió mejorar sus hábitos alimenticios e incorporar más alimentos saludables en su dieta. Lucas se convirtió en un ejemplo para sus amigos al demostrarles los beneficios de una buena alimentación.
Aprendieron juntos sobre la importancia de cuidar el cuerpo con alimentos nutritivos y equilibrados. Desde entonces, Lucas disfrutaba cada día explorando nuevos sabores y compartiendo con otros niños la importancia de una dieta saludable.
Su experiencia no solo lo ayudó a recuperar su salud sino también inspiró a muchos otros a hacer lo mismo. Y colorín colorado ¡este cuento ha terminado!
FIN.