Lucas y la lección de amistad


Había una vez en la escuela "Rayito de Sol" una maestra llamada Profesora Dolly. Era conocida por su amor incondicional hacia sus alumnos y por fomentar el respeto entre ellos. Un día, llegó un nuevo alumno a la clase.

Se llamaba Lucas y era muy tímido. Tenía dificultades para hacer amigos y se sentía solo en el colegio. La Profesora Dolly notó esto desde el primer día y decidió ayudarlo.

"Hola Lucas, ¿cómo estás? Soy la Profesora Dolly, bienvenido a nuestra clase", dijo con una sonrisa cálida en su rostro. Lucas miró sorprendido a la maestra, no estaba acostumbrado a que alguien se preocupara por él de esa manera.

Con el tiempo, la Profesora Dolly logró que Lucas se sintiera más cómodo en el aula. Organizó actividades grupales donde todos los niños podían participar y conocerse mejor. Así, Lucas comenzó a hacer amigos y a disfrutar más de ir al colegio.

Un día, durante el recreo, la maestra notó que dos alumnos estaban discutiendo fuertemente. Se acercó con calma y les preguntó qué estaba pasando. "¡Él me quitó mi lápiz!", exclamó Martín señalando a Juan.

"¡No es cierto! ¡Ese lápiz es mío desde ayer!", respondió Juan molesto. La Profesora Dolly tomó ambos lápices y los examinó detenidamente. Luego les explicó que había habido un malentendido: cada uno tenía un lápiz idéntico al del otro.

Les enseñó que era importante comunicarse de forma respetuosa para resolver conflictos sin pelear. Los niños aprendieron la lección y se disculparon mutuamente. Desde ese día, entendieron lo importante que era el respeto entre compañeros.

El final del año escolar se acercaba y la Profesora Dolly decidió organizar una obra de teatro con todos sus alumnos. Cada niño tendría un papel especial y trabajarían juntos para lograr un gran espectáculo.

Lucas fue elegido como protagonista junto a Martina, una niña extrovertida que siempre lo había apoyado en clase. Juntos ensayaron con entusiasmo y dedicación, demostrando que la amistad supera cualquier obstáculo. El día de la función llegó y todo salió perfecto gracias al trabajo en equipo de los niños.

La Profesora Dolly estaba orgullosa de sus alumnos por haber demostrado amor, respeto y solidaridad durante todo el año escolar. Al finalizar la obra, los padres aplaudieron emocionados mientras los niños sonreían felices en el escenario.

Esa noche quedó marcada en sus corazones como un recuerdo imborrable de lo mucho que habían crecido juntos gracias al amor y al respeto inculcados por su querida maestra, la Profesora Dolly.

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