Lucas y la Lección de la Obstinación
Lucas era un niño muy desobediente. Siempre hacía lo que quería, cuando quería, sin importarle lo que sus padres le decían. No recogía sus juguetes, no ayudaba en casa y siempre contestaba de mala manera cuando le pedían algo. Sus padres, cansados de su actitud, decidieron darle una lección para que cambiara.
Un día, mientras Lucas jugaba en su habitación, sus padres entraron con seriedad. 'Lucas, necesitamos hablar contigo', dijo su mamá.
'¿Qué pasa?', preguntó Lucas sin prestar mucha atención.
'Estamos cansados de tu actitud desobediente. Es hora de que entiendas que las reglas y normas existen por una razón', agregó su papá.
Lucas frunció el ceño y cruzó los brazos. 'No tengo por qué hacer lo que ustedes dicen. Yo hago lo que quiero', contestó desafiante.
Sus padres intercambiaron una mirada preocupada pero decidida. 'Hemos decidido que a partir de hoy, serás responsable de cuidar tu propio desorden. No limpiaremos tu habitación, ni recogeremos tus juguetes. También tendrás que colaborar en las tareas de la casa', dijo su mamá firme.
Lucas, enojado, salió corriendo de su habitación. '¡No es justo!' gritó.
Con el paso de los días, Lucas comenzó a darse cuenta de que vivir en un ambiente desordenado y caótico no era para nada divertido. Tropezaba con sus juguetes, no encontraba lo que buscaba y sentía que su habitación ya no era un lugar agradable para jugar. Además, sus padres no cedieron en su decisión. No limpiaron por él, ni cedieron ante su mal comportamiento.
Entonces, un día, después de una larga reflexión, Lucas decidió cambiar de actitud. Empezó a recoger sus juguetes, a colaborar en las tareas de la casa y a tratar a sus padres con respeto. Al principio, le costó, pero con el tiempo se acostumbró a sus nuevas responsabilidades.
Sus padres notaron el cambio en su comportamiento y se alegraron mucho. Decidieron recompensar a Lucas por su esfuerzo y dedicación. Le dijeron lo orgullosos que estaban de él y organizaron un día especial en familia.
Desde ese día, Lucas entendió la importancia de obedecer, colaborar y respetar a los demás. La familia pudo vivir en armonía, disfrutando de momentos felices juntos.
Y colorín colorado, este cuento de Lucas y la lección de la obstinación ha terminado.
FIN.