Lucas y los colores del corazón


Había una vez en el colegio "Los Amigos del Saber", un niño llamado Lucas que tenía 8 años y autismo. Lucas era un niño muy especial, con habilidades únicas y una forma diferente de ver el mundo.

Un día, durante el recreo, Lucas se acercó a un grupo de compañeros de su clase y les dijo: "-Hola amigos, ¿puedo contarles por qué a veces me comporto de manera diferente?". Los niños lo miraron con curiosidad y asintieron.

Lucas comenzó a explicarles: "-Cuando estoy rodeado de muchos ruidos fuertes o luces brillantes, me siento abrumado y necesito alejarme para estar tranquilo. También me cuesta entender las expresiones faciales y a veces no sé cómo comunicarme adecuadamente.

"Los niños escuchaban atentamente mientras Lucas les contaba sobre sus sensibilidades sensoriales y las dificultades que enfrentaba en situaciones sociales. Uno de los niños preguntó: "-¿Por qué haces movimientos repetitivos con tus manos a veces?".

Lucas sonrió y respondió: "-Es parte de mi forma de calmarme cuando me siento ansioso o emocionado. Me ayuda a concentrarme mejor y sentirme más seguro. " Los niños asintieron comprensivamente.

A medida que Lucas compartía sus experiencias, los otros niños comenzaron a comprenderlo mejor. Se dieron cuenta de que Lucas no era diferente porque quisiera serlo, sino porque su cerebro funcionaba de manera única.

Esa tarde, durante la clase de arte, los niños invitaron a Lucas a unirse a ellos para dibujar juntos. Descubrieron que tenían intereses similares en los colores vibrantes y las formas abstractas. Fue un momento mágico donde la diversidad se celebraba en toda su esencia.

Desde ese día, Lucas se sintió más aceptado por sus compañeros. Juntos aprendieron a respetar las diferencias entre cada uno y valorar las cualidades especiales que cada uno poseía.

Y así, en el colegio "Los Amigos del Saber", la amistad floreció entre todos los niños sin importar sus diferencias. Lucas enseñó con amor que la empatía y la comprensión son clave para construir un mundo donde todos puedan brillar con luz propia. Y colorín colorado, este cuento inclusivo ha terminado pero seguirá inspirando corazones por siempre jamás.

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