Lucas y los guardianes de las estaciones
Había una vez un pequeño niño llamado Lucas, que vivía en un hermoso pueblo rodeado de montañas y campos verdes.
Lucas tenía mucha curiosidad por aprender sobre el clima y las estaciones, así que decidió explorar cada una de ellas para descubrir sus secretos. En primavera, Lucas se despertaba temprano para disfrutar del canto de los pájaros y el aroma de las flores recién florecidas.
Corría por los prados, saltando entre charcos después de la lluvia y observando cómo todo volvía a la vida. Un día, mientras jugaba en el jardín, encontró un nido con huevos en el suelo. Con mucho cuidado, lo colocó nuevamente en su lugar y esperó pacientemente a que los pajaritos nacieran.
En verano, Lucas se ponía su sombrero favorito y salía a explorar bajo el sol radiante. Disfrutaba nadar en ríos cristalinos y construir castillos de arena en la playa.
Un día, mientras caminaba por el bosque cercano a su casa, encontró una ardilla atrapada en una red de pesca abandonada. Sin pensarlo dos veces, corrió a buscar ayuda y junto con sus amigos lograron liberar al pequeño animalito.
Llegó otoño y Lucas estaba emocionado por ver cómo los árboles se llenaban de colores cálidos y las hojas caían al suelo formando alfombras crujientes. Le encantaba saltar sobre ellas e imaginar que volaba como un pájaro migratorio hacia tierras lejanas.
Un día, mientras recolectaba manzanas en el huerto de su abuela, encontró una mariposa herida. La cuidó con amor y paciencia hasta que estuvo lista para volar nuevamente. Finalmente, llegó el invierno y Lucas estaba ansioso por ver caer la nieve.
Se abrigó bien con su bufanda y guantes, salió al jardín y construyó un muñeco de nieve gigante. Jugaba a lanzarse bolas de nieve con sus amigos y patinaba sobre hielo en el lago cercano.
Un día, mientras caminaba por el bosque cubierto de blanco, encontró a un pajarito temblando de frío. Rápidamente, lo envolvió en su bufanda y lo llevó a casa para darle calor hasta que pudiera volar nuevamente.
Lucas aprendió muchas cosas durante sus aventuras por las estaciones del año: la importancia de cuidar la naturaleza, ayudar a los animales en apuros y disfrutar cada momento especial que nos regala cada estación.
Un día, cuando Lucas cumplió 7 años, decidió compartir todas sus experiencias con sus amigos en la escuela. Les contó sobre los pájaros recién nacidos en primavera, la ardilla rescatada en verano, la mariposa curada en otoño y el pajarito salvado del frío invierno.
Los niños se emocionaron tanto con las historias de Lucas que decidieron formar un grupo llamado "Amigos del Clima". Juntos plantaban árboles, limpiaban ríos y ayudaban a los animales necesitados durante todo el año.
Y así fue como Lucas, con su amor por las estaciones del clima y su deseo de cuidar el mundo que lo rodeaba, inspiró a todos los niños de su pueblo a convertirse en defensores de la naturaleza. Juntos, lograron hacer del mundo un lugar mejor para vivir.
Y colorín colorado, esta historia llena de enseñanzas y aventuras ha terminado.
FIN.